V-334. - MICOSIS FUNGOIDE, LA GRAN SIMULADORA DEL SIGLO XXI. UN RECORRIDO POR SUS DIFERENTES FORMAS
Servicio de Medicina Interna. Hospital de León. León.
Objetivos: La micosis fungoide (MF) y el síndrome de Sézary (SS) son linfomas cutáneos primarios epidermotropos caracterizados por una proliferación monoclonal de linfocitos T. Su diagnóstico está basado en la combinación de hallazgos clínicos, histopatológicos y estudios moleculares. Sin embargo, el diagnóstico clínico puede ser complicado, en especial en casos de MF en fase temprana, debido a sus múltiples variantes.
Métodos: Presentamos cuatro casos, el primero en una mujer que presentaba desde hace años lesiones en forma de placas eccematosas infiltradas en pliegues con afectación palmoplantar y dishidrosis. El segundo es un varón que presentaba una placa alopécica eritematosa en labio superior con pápulas foliculares en su interior y un área limitada de lesiones comedonianas en región abdominal resistente a múltiples tratamientos. El tercero es un varón con antecedentes de atopia que presentaba desde hace meses máculas eritematosas confluyentes dejando áreas de piel normal, siendo la histología, su evolución y las pruebas de contacto la clave diagnóstica. El último es un varón diagnosticado inicialmente de eccema fotoinducido que evolucionó a pesar de ser tratado hacia un cuadro de eritrodermia descamativa con islotes de piel sana y finalmente hacia una eritrodermia exfoliativa con linfadenopatías y células de Sézary en sangre periférica.
Resultados: Presentamos estos casos con el fin de resaltar la gran variabilidad clínica de la MF y el papel fundamental en el manejo y evolución hasta su diagnóstico y posterior tratamiento.
Discusión: Si hasta el momento denominábamos "gran simuladora" al secundarismo luético por sus diferentes formas de presentación, ¿cómo denominamos a la MF cuya clínica puede simular cualquier dermatosis y que habitualmente requiere múltiples estudios y biopsias hasta confirmar su diagnóstico?
Conclusiones: Fundamental reconocer y sospechar clínicamente las distintas formas de MF, permitiendo acelerar los procedimientos diagnósticos y elegir la mejor estrategia terapéutica.