V-200. - MORTALIDAD HOSPITALARIA EN UN SERVICIO DE MEDICINA INTERNA
Servicio de Medicina Interna. Hospital Nuestra Señora del Prado. Talavera de la Reina Toledo.
Objetivos: Analizar las características demográficas, clínicas y fisiológicas de todos los fallecimientos acontecidos en un servicio de medicina interna de un hospital general. Asimismo, analizar la comorbilidad, estado funcional previo y la gravedad de la patología que condiciona el ingreso.
Métodos: Es un estudio retrospectivo, descriptivo y observacional que recoge las características demográficas, clínicas y fisiológicas de los pacientes fallecidos en el Servicio de Medicina Interna del Hospital General Nuestra Señora del Prado, del 1 de enero al 31 de diciembre del año 2013. Revisamos las historias clínicas, calculamos la distribución por sexo, edad, situación basal funcional y cognitiva, nivel de independencia, comorbilidad y gravedad de la patología actual. Utilizamos SPSS 22.0.0.
Resultados: En el año 2013, hubo 1.022 ingresos en el Servicio de MI. 138 concluyeron con el fallecimiento del paciente, correspondiendo una mortalidad del 13,5%. Los fallecidos fueron mujeres en el 53,62% y tenían una edad promedio de 84,89 años. El 76,8% eran mayores de 80 años y 54,35% se encontraban institucionalizados. El 71% presentaban deterioro cognitivo por los menos moderado. El índice de Barthel indicó una dependencia total en el 44,93%, grave y moderada en el 16,67%, respectivamente. El índice de Charlson mostró una elevada comorbilidad en el 74,74%, con una probabilidad de muerte a corto plazo del 52% en 32,61% de los casos y mayor del 85% en el 39,13% de los mismos. Las comorbilidades más frecuentes fueron HTA (77,54%), anemia (54,38%), DM (37,68%), IC (36,23%) y ERC (35,5%). La patología que condicionó el ingreso fue de tipo infeccioso en el 50% e insuficiencia cardiaca en el 22,5%. Según la escala APACHE II, el 57,27% de los pacientes tenían una probabilidad de morir por la enfermedad actual, igual o mayor al 40%. El 18,28% fueron reingresos hospitalarios precoces, dados de alta de un servicio médico en los últimos 30 días. El 13,3% tuvieron dos o más ingresos previos en el último año. La estancia media previa al fallecimiento fue de 7,1 días. El 31,16% de fallecimientos se dieron antes de las 48 horas del ingreso. Hasta un 15,9% desarrollaron complicaciones intrahospitalarias, de estas el 86,36% tuvieron relación directa con la causa última de muerte. Las complicaciones más frecuentes fueron infección nosocomial (7,99%) y broncoaspiración (2,9%). El 49,28% de las muertes se dieron durante el fin de semana y el 81,16% en horario de guardia. En el 37,68% de las historias clínicas tenían indicación de No RCP o limitación del esfuerzo terapéutico. El 11,6% fueron rechazados por UCI.
Discusión: La mortalidad en nuestro servicio en el año 2013 fue del 13,5%, tasa mayor a la encontrada en otras series nacionales. Así mismo, la edad media de fallecimiento fue más elevada que la esperada, 84,89 años. Dos terceras partes de nuestros pacientes tenían deterioro cognitivo moderado o grave, se encontraban institucionalizados y presentaban una elevada comorbilidad y dependencia. Casi el 60% de los casos fueron ingresados en una situación grave con elevada probabilidad de morir. La tercera parte de los fallecimientos fueron antes de 48 horas, no atribuible a la atención recibida si no a la situación clínica previa y la gravedad de la patología. La quinta parte de los casos estuvieron ingresados durante el mes previo a su fallecimiento, probablemente los reingresos se encuentren en relación con la fragilidad. Las principales causas de muerte, en concordancia con estudios previos, fueron de tipo infeccioso y cardiovascular, constituyendo el 75% de las causas. La estancia media fue 7,1 días, con una tasa de complicaciones del 15,9%. Casi el 40% no eran subsidiarios de realizar tratamientos agresivos. Las muertes fueron más frecuentes los fines de semana y durante las guardias.
Conclusiones: La mortalidad en nuestro servicio es mayor a la reportada en otros estudios sin embargo se correlaciona adecuadamente con la mortalidad esperada. La edad, la situación clínica basal y la comorbilidad de los pacientes fallecidos en MI es cada vez mayor, condicionando una mayor tasa de mortalidad.