A-49. - EVALUACIÓN ELASTOGRÁFICA, ECOGRÁFICA Y ENDOSCÓPICA DE UNA COHORTE DE PACIENTES CIRRÓTICOS COINFECTADOS POR EL VIH Y LA HEPATITIS C
Servicio de Medicina Interna. Hospital General Universitario Santa Lucía. Cartagena (Murcia).
Objetivos: Evaluar el grado de cirrosis hepática, mediante elastografía transitoria (ET) e índice de Child-Pugh, y los principales hallazgos ecográficos y endoscópicos en una cohorte de pacientes coinfectados por el VIH y virus de la hepatitis C (VHC).
Métodos: Estudio descriptivo observacional de una cohorte de pacientes coinfectados VIH-VHC con criterios clínicos y elastográficos de cirrosis hepática (14.5 Kpa o F4), evaluados en las Consultas Externas de Infecciosas del Hospital Universitario Santa Lucía, Cartagena, entre 2/2008 y 6/2013. Las variables analizadas fueron: edad, sexo, años de coinfección VIH-VHC, niveles de de alfa-feto proteína, grado de insuficiencia hepática (índice de Child-Pugh), grado de rigidez hepática (ET), hallazgos patológicos en ecografía abdominal y endoscopia alta.
Resultados: Nuestra serie incluyó 35 pacientes cirróticos coinfectados VIH-VHC, de los cuales 6 eran mujeres (17,1%) y 29 hombres (82,9%) con una media de edad de 47,34 (± 4,79) años y una media de 19,67 (± 5,99) años de coinfección. Los niveles de alfa-fetoproteína se determinaron en 31 pacientes (88,6%), estando elevada en 20 (64%) con una media de 15,03 (± 25,15) UI/ml. Los resultados del índice de Child-Pugh fueron: 22 pacientes (62,9%) con índice A5, 11 (31,4%) A6 y 2 (5,7%) B7. La ecografía abdominal se realizó a 18 pacientes (51,4%). En 12 (66,7%) se documentaron signos de hepatopatía crónica sin hipertensión portal (HTP), 4 casos (22,2%), se hallaron signos de hepatopatía crónica evolucionada: HTP (> 12 mmHg) en 2 pacientes (11,1%) e hiperesplenismo en otros 2 pacientes (11,1%). Otros hallazgos patológicos: nódulo sugestivo de malignidad en 1 paciente (5,6%) y nódulo sugestivo de benignidad en 1 paciente (5,6%). La gastroscopia se realizó en 12 pacientes (34,3%). En 6 (50%) se describieron hallazgos patológicos: varices gastroesofágicas grado I en 3 casos (50%), gastropatía de HTP en 2 (33,3%) y candidiasis esofágica en 1 (16,7%). Todos los pacientes tenían al menos una determinación de la rigidez hepática medida mediante ET ≥ 14,5 Kpa, presentando una media de 38,95 (± 20,40) Kpa. En los 6 pacientes (17%) con menor grado de rigidez hepática (< 20 Kpa), solo 3 (16,6%) tenían realizada ecografía abdominal y 1 (8,3%) la gastroscopia. En el grupo de pacientes con fibrosis de 20-40 kpa, 4 (22,2%) tenían realizada ecografía abdominal y 3 (25%) la gastroscopia. En el grupo de pacientes con mayor grado de fibrosis (> 40 Kpa), 11 (61,1%) tenía realizada ecografía abdominal y 8 (66,7%) la gastroscopia.
Discusión: Los pacientes coinfectados por VIH-VHC presentan una progresión más rápida de la fibrosis hepática y un riesgo más elevado de presentar hepatocarcinoma. Por ello es de gran importancia realizar un buen control ecográfico y endoscópico. La endoscopia de cribado para el diagnóstico de varices gastroesofágicas está recomendada ante la sospecha clínica de cirrosis especialmente si existe esplenomegalia o signos de hipertensión portal y en los casos de cirrosis descompensada al diagnóstico. La realización de ecografía abdominal y la medición de alfa-feto proteína forma parte del programa de detección precoz en los cirróticos del hepatocarcinoma.
Conclusiones: La mayoría de los pacientes cirróticos de nuestra serie eran hombres, con largo tiempo de evolución de la coinfección y presentaban insuficiencia hepática leve según el índice de Child-Pugh. La determinación de alfa-feto proteína ha sido una constante en nuestra práctica clínica, encontrándose elevada en una gran proporción de pacientes. Los exámenes endoscópicos y ecográficos se realizaron con mayor frecuencia en pacientes coinfectados con mayor riesgo de descompensación hepática (> 40 kpa), siendo prevalente en este grupo la existencia de varices esofágicas y los signos ecográficos de HTP.