1764 - ¿CAMBIA EL MANEJO CLÍNICO DE LOS PACIENTES CON BACTERIEMIA POR BACILOS GRAM NEGATIVOS CON LA IMPLEMENTACIÓN DE LOS PROGRAMAS DE BACTERIEMIA PROA?
Hospital Universitario San Agustín, Avilés, España.
Objetivos: Comparar las características y evolución de los pacientes con bacteriemia por bacilos Gram negativos (BGN) antes y después de la implementación de los Programas de Optimización del Uso de Antibióticos (PROA).
Métodos: Estudio descriptivo, retrospectivo, que compara las diferencias en el abordaje de los pacientes con bacteriemia por BGN ingresados en servicios médicos en nuestro centro durante los 3 meses previos y los 3 posteriores a la implementación del programa de bacteriemias del PROA. Se recogieron variables demográficas, las características de la bacteriemia, realización de pruebas complementarias, y si un resultado alterado en estas cambió la actitud terapéutica y el tratamiento. Se excluyeron pacientes inmunodeprimidos. Se recogió la mortalidad intrahospitalaria y a las 6 semanas.
Resultados: Se analizaron un total de 91 pacientes, con una edad media de 79,71 años. El 52,74% eran mujeres. Se registraron 42 bacteriemias por BGN durante los 3 meses previos a la implementación del PROA (pre-PROA) y 49 durante los 3 meses posteriores (pos-PROA). En cuanto al germen causal, el microorganismo más frecuente aislado en los hemocultivos fue Escherichia coli. En cuanto a la forma de adquisición de la bacteriemia fue mayoritariamente comunitaria en ambos grupos (78,57% y 85,72%). El foco más frecuente fue urinario en ambos grupos (52,38% y 48,98%), seguido de biliar. El foco fue desconocido en el 10% de los pacientes en ambos grupos. Respecto al tratamiento empírico, el fármaco más utilizado en el grupo pre-PROA fue amoxicilina-clavulánico (28,58%) seguido de piperacilina-tazobactam (26,19%), mientras que en el grupo pos-PROA fue piperacilina-tazobactam (42,86%) seguido de ceftriaxona (28,57%). En cuanto al tratamiento dirigido, el antibiótico más utilizado fue ceftriaxona en ambos grupos (54,77% y 48,98% en pre-PROA y pos-PROA, respectivamente), seguido de piperacilina-tazobactam en pre-PROA (9,52%) y meropenem en pos-PROA (18,37%). En el 45,24% de los pacientes se siguió una estrategia de terapia secuencial en pre-PROA, frente al 71,43% en pos-PROA. El antibiótico utilizado fue principalmente cotrimoxazol en el primer grupo (36,84%), frente a ciprofloxacino en el segundo (51,43%). La duración media de tratamiento fue 9,32 días en pre-PROA (con moda = 14) y 11,17 días en pos-PROA (moda = 7). Se realizaron menos pruebas complementarias en pre-PROA (57,14%) frente a pos-PROA (71,43%), que en el segundo grupo supuso un cambio en la actitud terapéutica en el 57,14% de los casos. En el 50% condicionó la prolongación del tratamiento, mientras que el otro 50% precisó drenaje para control del foco. La estancia media hospitalaria fue 7,53 días vs. 8,10 días. No hubo diferencias en cuanto a la mortalidad en ambos grupos. Los datos relativos a la bacteriemia y el tratamiento están recogidos en las tablas 1 y 2, respectivamente.
Tabla 1 |
||
Variable |
Grupo pre-PROA (n (%)) |
Grupo pos-PROA (n (%)) |
Microorganismo: |
Total: 42 pacientes |
Total: 49 pacientes |
Escherichia coli |
25 (59,52) |
32 (65,30) |
Klebsiella pneumoniae |
5 (11,90) |
3 (6,12) |
Klebsiella oxytoca |
1 (2,38) |
2 (4,08) |
Pseudomonas aeruginosa |
2 (4,76) |
3 (6,12) |
Proteus mirabilis |
2 (4,76) |
0 (0) |
Acinetobacter baumannii |
1 (2,38) |
0 (0) |
Morganella morganii |
1 (2,38) |
0 (0) |
Butrycimonas virosa |
1 (2,38) |
0 (0) |
Haemophilus influenzae |
1 (2,38) |
1 (2,04) |
Enterobacter cloacae |
0 (0) |
3 (6,12) |
Citrobacter freundii |
0 (0) |
1 (2,04) |
Aeromonas sobria |
0 (0) |
1 (2,04) |
Hafnia alvei |
0 (0) |
1 (2,04) |
Klebsiella aerogenes |
0 (0) |
1 (2,04) |
Lelliottia amnígena |
0 (0) |
1 (2,04) |
K. oxytoca + E. cloacae |
1 (2,38) |
0 (0) |
E. coli + K. pneumoniae |
1 (2,38) |
0 (0) |
K. pneumoniae + S. marcescens |
1 (2,38) |
0 (0) |
Forma de adquisición: |
||
Comunitaria |
33 (78,57) |
42 (85,72) |
Nosocomial |
9 (21,42) |
6 (12,24) |
Foco: |
||
Desconocido |
5 (11,90) |
5 (10,20) |
Urinario |
22 (52,38) |
24 (48,98) |
Abdominal |
6 (14,29) |
2 (4,08) |
Biliar |
6 (14,29) |
17 (34,69) |
Espondilodiscitis |
1 (2,38) |
0 (0) |
Respiratorio |
2 (4,76) |
0 (0) |
Piel y partes blandas |
0 (0) |
1 (2,04) |
Tabla 2 |
||
Variable |
Grupo pre-PROA (n (%)) |
Grupo pos-PROA (n (%)) |
Tratamiento empírico: |
Total: 42 pacientes |
Total: 49 pacientes |
Amoxicilina-clavulánico (A/C) |
12 (28,58) |
2 (4,08) |
Ceftriaxona |
9 (21,43) |
14 (28,57) |
Ceftazidima |
0 (0) |
1 (2,04) |
Piperacilina-tazobactam (P/T) |
11 (26,19) |
21 (42,86) |
Imipenem |
2 (4,76) |
0 (0) |
Meropenm |
2 (4,76) |
4 (8,16) |
Aztreonam |
0 (0) |
0 (0) |
Ciprofloxacino |
1 (2,38) |
0 (0) |
Levofloxacino |
0 (0) |
1 (2,04) |
Cotrimoxazol |
1 (2,38) |
0 (0) |
A/C + azitromicina |
1 (2,38) |
0 (0) |
Ciprofloxacino + metronidazol |
1 (2,38) |
0 (0) |
P/T + linezolid |
1 (2,38) |
0 (0) |
P/T + vancomicina |
0 (0) |
1 (2,04) |
Meropenem + linezolid |
0 (0) |
2 (4,08) |
Meropenem + amikacina |
0 (0) |
1 (2,04) |
Aztreonam + cotrimoxazol |
0 (0) |
1 (2,04) |
No recibido |
1 (2,38) |
0 (0) |
Tratamiento dirigido: |
||
Amoxicilina-clavulánico |
1 (2,38) |
7 (14,29) |
Ceftriaxona |
23 (54,77) |
24 (48,98) |
Cefepime |
1 (2,38) |
1 (2,04) |
Ceftazidima |
1 (2,38) |
1 (2,04) |
Ceftazidima-avibactam |
1 (2,38) |
0 (0) |
Piperacilina-tazobactam |
4 (9,52) |
3 (6,12) |
Meropenem |
3 (7,15) |
9 (18,37) |
Aztreonam |
1 (2,38) |
2 (4,08) |
Ciprofloxacino |
1 (2,38) |
2 (4,08) |
Gentamicina |
1 (2,38) |
0 (0) |
No recibido |
5 (11,90) |
0 (0) |
Secuenciación oral: |
||
Sí |
19 (45,24) |
35 (71,43) |
No |
23 (54,76) |
14 (28,57) |
Tratamiento secuencial oral: |
||
Amoxicilina-clavulánico |
4 (21,05) |
5 (14,29) |
Cefuroxima |
3 (15,78) |
2 (5,71) |
Ciprofloxacino |
5 (26,31) |
18 (51,43) |
Cotrimoxazol |
7 (36,84) |
10 (28,57) |
Conclusiones: La implementación del programa de bacteriemias en nuestro hospital ha implicado cambios en el abordaje de las bacteriemias por BGN. La incorporación del programa está relacionada con mayor secuenciación a vía oral y mayor realización de pruebas complementarias, con la consiguiente adecuación del tratamiento. No se han encontrado diferencias en cuanto a la duración de tratamiento, si bien la falta de estratificación entre los grupos puede condicionar un sesgo de análisis.