I-245 - EFICACIA Y SEGURIDAD DE LOS PACIENTES TRATADOS DE HEPATITIS C CON ANTIVIRALES DIRECTOS DE SEGUNDA GENERACIÓN EN PRÁCTICA CLÍNICA REAL. EXPERIENCIA EN UNA CONSULTA DE ENFERMEDADES HEPÁTICAS EN MEDICINA INTERNA
Medicina Interna. Hospital General de Segovia. Segovia.
Objetivos:Analizar la eficacia y tolerancia del tratamiento de la hepatitis C con antivirales directos de segunda generación en una consulta de enfermedades hepáticas dentro de Medicina Interna.
Material y métodos:Se analizaron la eficacia y seguridad de los tratamientos prescritos a nuestros pacientes de enero de 2014 a febrero de 2016.
Resultados:En el periodo estudiado se trataron 59 pacientes, con una distribución de fibrosis según FIBROSCAN® de F3 (37%), F4 (35,3%), F2 (20,4%), F0-F1 (7,3%). La distribución por genotipos fue 1b (52,50%) como el predominante, seguido de 1a (33,9%), 4 (10,2%), 2 (1,7%) y 1a+1b (1,7%). Los regímenes empleados incluyeron 26 pacientes (44%) con ombitasvir/paritaprevir/ritonavir/dasabuvir con o sin ribavirina, 17 pacientes (28,8%) con sofosbuvir/ledipasvir con o sin ribavirina, 7 pacientes (11,9%) con interferón-ribavirina y simeprevir, 3 pacientes (5,1%) con sofosbuvir + simeprevir, 2 pacientes (3,4%) con sofosbuvir/daclatasvir, 2 pacientes (3,4%) con ombitasvir/paritaprevir/ritonavir con o sin ribavirina, 1 paciente (1,7%) con sofosbuvir/ribavirina y 1 paciente perdido (1,7%). 8 pacientes (13,6%) habían sido tratados previamente con regímenes con interferón/ribavirina y antivirales de primera generación (telaprevir/boceprevir) sin conseguir eliminar el virus. El 100% de los pacientes alcanzó respuesta viral sostenida RVS (carga viral –CV– negativa a las 12 semanas de haber finalizado el tratamiento). La mayoría de los pacientes fueron tratados durante 12 semanas. Se trató a un paciente con insuficiencia renal terminal en diálisis y pendiente de trasplante con el régimen de ombitasvir/paritaprevir/ritonavir/dasabuvir ajustando la dosis de ribavirina, alcanzando RVS Los efectos secundarios más frecuentes fueron astenia, anemia y náuseas siendo todos ellos aceptablemente tolerados y requiriendo en los casos de anemia el ajuste de la dosis de ribavirina, y dos casos precisó transfusión de concentrados de hematíes. En ningún caso hubo que suspender el tratamiento. Hubo dos exitus, un paciente con linfoma B que falleció por evolución del linfoma, llegando a negativizar CV, y otra paciente con cirrosis descompensada en situación de pretrasplante, que completó el tratamiento con respuesta viral completa –RVC– pero desarrolló síndrome hepatorrenal refractario y no llegó al trasplante hepático.
Discusión:Los tratamientos actuales de la hepatitis C han significado una revolución respecto a lo que disponíamos previamente, consiguiendo una alta tasa de RVS con pocos efectos secundarios. Aunque esto está suponiendo un alto coste a corto plazo, a la larga evitaremos en gran medida complicaciones derivadas de la enfermedad (cirrosis, hepatocarcinoma, trasplante hepático...) con el consiguiente ahorro.
Conclusiones:El tratamiento actual de la hepatitis C consigue eliminar el virus en un alto porcentaje, con buena tolerancia y un alto coste económico a corto plazo, pero que a la larga supondrá un ahorro por la erradicación del virus y la disminución de las complicaciones de la enfermedad.