I-202 - EXPERIENCIA EN ENDOCARDITIS INFECCIOSA EN UN HOSPITAL TERCIARIO
Medicina Interna. Hospital Clínico Universitario. Valencia.
Objetivos:La endocarditis infecciosa (EI) se asocia comúnmente a una gran cantidad de complicaciones relacionadas con distintos factores incluyendo: el germen, la situación basal, comorbilidades del individuo, la evolución de la enfermedad previa al tratamiento y la pauta antibiótica entre otros. El objetivo del siguiente trabajo es analizar las características y la evolución temporal de los casos de EI diagnosticados en nuestro hospital durante un periodo de 10 años y analizar aquellos factores relacionados con el desarrollo de complicaciones o con la mortalidad.
Material y métodos:Se seleccionaron aquellos pacientes con EI como diagnóstico principal durante el periodo comprendido entre el 01/01/2006 al 31/12/2015. Se identificaron 82 casos en 80 pacientes. Debido a falta de información en las historias clínicas, se excluyeron 8 casos, por lo que el análisis final se realizó en 74 pacientes. De cara a evaluar tendencias evolutivas, se dividió el periodo de estudio en terciles (2006-2009, 2010-2012, 2013-2015).
Resultados:La edad media fue de 60,6 años, rango 23-86, 48 (66,2%) varones, 42 (56,8%) con valvulopatía previa, 40 (54%) hipertensos, 19 (25,7%) diabéticos, 16 (21,6%) con enfermedad renal crónica (ERC), 8 (10,8%) usuarios de drogas vía parenteral (UDVP). El mayor número de ingresos se realizaron en el Servicio de M. Interna, 37 (50%), seguidos de CCV, 13 (17%), UCI, 10 (13,5%), Cardiología, 8 (10,8%) y Enfermedades Infecciosas, 4 (5,4%). El 28% de los pacientes había tenido ingreso hospitalario en los meses previos. La mayoría de las EI fueron sobre válvula nativa, 51 (68,9%), seguidas de las protésicas mecánicas, 14 (18,9%), de las de sonda de marcapasos o DAI, 5 (6,7%) y de las prótesis biológicas, 4 (5,4%). La válvula más afectada fue la aórtica, 24 (32,4%), seguida de la mitral, 23 (31%) y de la tricúspide, 13 (17,5%). 9 pacientes (12,1%) con afectación mitro-aórtica. 7 pacientes con afectación tricuspídea eran UDVP. En la mayoría de los casos se identificaron microorganismos en los hemocultivos (81%), siendo los más frecuentes estafilococos, 21 (36%), seguidos de estreptococos, 16 (25%), y de enterococos, 10 (17%). El antecedente de ingreso previo fue significativamente mayor en aquellos pacientes con HC positivos para estafilococos y sobre todo para enterococos. 14 pacientes (19%) fallecieron durante el ingreso, la mayoría sobre válvula nativa (92,8%). No hubo diferencias en mortalidad en cuanto al tipo de válvula o válvula afectada, ni en cuanto al grupo de microorganismos. Edad, hipertensión arterial y ERC fueron predictores de mortalidad en modelos univariantes, pero sólo la edad mantuvo significación estadística en modelos multivariantes. 17 pacientes (24%) desarrollaron complicaciones, locales o embólicas, realizándose cirugía en 16 (21%) casos. No se observaron diferencias en los tres periodos de estudio en cuanto al huésped, microorganismo o mortalidad. De los supervivientes, 11 (18%) fallecieron durante el seguimiento con una mediana de tiempo hasta el fallecimiento de 6,8 meses, rango 1,3-115 meses.
Discusión:La edad media de nuestros pacientes, sugiere un descenso en la importancia e incidencia de la enfermedad reumática cardiaca y un incremento del envejecimiento de la población. La edad, la presencia de hipertensión arterial y la ERC fueron predictores de mortalidad. A pesar de que la presencia de prótesis valvulares o de dispositivos intravasculares son un condicionante de riesgo, la mayoría de casos se desarrollaron sobre válvula nativa. Una variedad de microrganismos pueden causar EI, aunque los estafilococos y estreptococos siguen ocupando la mayoría de los casos. Los estafilococos causan EI asociados a la asistencia sanitaria y los estreptococos son una causa frecuente de EI adquirida en la comunidad.
Conclusiones:El conocimiento de las características de los pacientes así como de los microorganismos más frecuentes es importante para ayudarnos a optimizar el manejo terapéutico de una entidad patológica, como es la endocarditis infecciosa, que tiene una elevada mortalidad.