EA-023 - EL RETO DEL ENVEJECIMIENTO, LA FRAGILIDAD Y LA COMORBILIDAD

J. Jaumandreu¹, A. Cartanyà¹, I. Torrente², J.C. Oliva³ y M. Moreno<sup>2

1</sup>Medicina Interna, ²Unidad Geriátrica de Agudos, ³Institut d'Investigació i Innovació I3PT. Parc Taulí. Sabadell (Barcelona).

Objetivos: Evaluar la situación basal previa en los dominios de funcionalidad, comorbilidad y cognición de los pacientes que ingresan en la Unidad Geriátrica de Agudos (UGA) y Paciente Crónico Complejo (PCC) de un Hospital Universitario a través de la Valoración Geriátrica Integral. Categorizar la fragilidad con 2 herramientas distintas: el Clinical Frailty Scale (CFS) y el Índice Frágil-VIG (IF-VIG).

Métodos: Estudio descriptivo observacional transversal en pacientes ingresados en la UGA y PCC desde septiembre 2018 hasta febrero 2019.

Resultados: Incluidos 184 pacientes. Edad media 85,35. Índice de Barthel promedio 58,67 (DE ± 27,23) discapacidad establecida con dependencia moderada-grave 51%, grado de dependencia total 11,4%. Demencia grave 29%. Índice de Charlson no corregido por edad 3,05 (DE ± 2,01). Prevalencia de fragilidad 91,8% (IF-VIG ≥ 0,2), IF-VIG promedio 0,41 (DE ± 0,14). Al categorizar la fragilidad por intervalos y comparar las dos herramientas se observa un número de pacientes similar en los no frágiles (9,2 vs. 8,1%) y vulnerables/leve (28,3 vs. 28,8%). Existe disparidad en la distribución de individuos en las categorías moderada (29,9 vs. 46,2%) y grave (32,6 vs. 16,8%).

Discusión: La fragilidad es un síndrome clínico relacionado con el envejecimiento, que describe un estado de vulnerabilidad a estresores, en términos de reserva fisiológica y capacidad de respuesta. La detección y cuantificación de la fragilidad resulta fundamental para poner en marcha medidas preventivas que retarden la dependencia funcional. Disponemos de múltiples herramientas para el diagnóstico de la fragilidad. Los índices de fragilidad basados en el acúmulo de déficits, de carácter multidimensional, son más discriminativos, aunque su complejidad a menudo supone una limitación en la práctica asistencial. Existen herramientas como el CFS, que por su sencillez son muy utilizadas.

Conclusiones: Estamos delante de un cambio de paradigma que abandona la medicina basada en la enfermedad y se centra en los problemas relacionados con la edad. En este contexto la evaluación de la fragilidad es clave, siendo fundamental la evaluación de las distintas herramientas disponibles. Para la categorización establecida para cada una de las herramientas evaluadas el CFS confiere mayor gravedad que el IF-VIG en la misma población.

Bibliografía

1. Amblàs-Novellas J, Espaulella-Panicot J, Inzitari M, et al The challenge of clinical complexity in the 21st century: could frailty indexes be the answer? Rev Esp Geriatr Gerontol. 2017;52:159-66.