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46 Congreso Nacional de la SEMI
Córdoba, 26 - 28 noviembre 2025
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38. ENFERMEDADES AUTOINMUNES (AI)
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1696 - LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO Y EL USO DE ESCALAS PARA LA MEDICIÓN DE ACTIVIDAD CLÍNICA

Alejandro Gallego Zamora, Long Chen Sun, Sofía García Ledo, Nuria Prado Alonso, María Antonia Dix Montoya, Raquel Pascua Fernández, Juila Battaglia Menéndez y Alba Barragán Mateos

Medicina Interna, Hospital Universitario San Agustín, Avilés, España.

Objetivos: Analizar el uso de escalas de actividad de Lupus Eritematoso Sistémico (LES) en la práctica clínica diaria y su correlación con la interpretación subjetiva de actividad por el facultativo así como la repercusión que supondría su empleo en el tratamiento prescrito.

Métodos: Se presenta un estudio descriptivo retrospectivo de los pacientes con LES que realizan seguimiento en nuestro centro. Se recogen las variables edad, sexo, manifestaciones clínicas, inmunología, tratamiento previo y posterior a última revisión e ítems considerados en las escalas EasyBILAG (versión reducida del índice BILAG) y SLE-DAS.

Resultados: La muestra se compone de un total de 27 pacientes: 26 mujeres y 1 hombre. La media de edad es de 54,89 años y la mediana de 50 años. Las manifestaciones clínicas por orden de frecuencia: artritis/artralgias (17), fotosensibilidad (16), síntomas constitucionales (10), serositis (9), aftas orales (7), alopecia (6), púrpura cutánea (2), citopenias (trombopenia 5, leucopenia 4, anemia hemolítica 3), nefropatía lúpica (2), miopericarditis (1), neuropatía periférica (2). Serológicamente presentaron anticuerpos anti-dsDNA (9), anti-Smith (2), hipocomplementemia (9) y ningún paciente tuvo positividad de anti-C1q. Observamos que solo se aplicó escala de actividad clínica en 1 paciente. El facultativo considera actividad leve en 4 pacientes, moderada-grave en 1 y considera al resto de pacientes como controlados (22). En base a nuestro análisis SLE-DAS determina 7 pacientes con actividad leve y 1 moderada-severa. En el caso de EasyBILAG 12 pacientes presentan actividad leve y 1 moderada-severa. El tratamiento previo a la consulta se componía por: hidroxicloroquina (20), mepacrina (1, por maculopatía con HCQ), azatioprina (3), metotrexate (6), ácido micofenólico (2), biológico (1 belimumab y 1 anifrolumab), glucocorticoides (15) y otros (1 tacrólimus y 1 inmunoglobulinas). El tratamiento fue modificado subiendo (2) o bajando dosis de glucocorticoides (4), iniciando HCQ (2) o subiendo su dosis (1), iniciando belimumab (1) y no se modificó en 17 pacientes. Observamos una correlación entre la actividad estimada por el facultativo y la dada por escalas del 89% (24/27) en el caso de SLE-DAS y del 70% (19/27) con el EasyBILAG. Respecto a la actitud terapéutica aplicada por el facultativo, se intensificaría el tratamiento en 3 y 8 pacientes respectivamente, considerando similar el manejo en los restantes.

Conclusiones: Las escalas de actividad son herramientas que ayudan a estimar la actividad de los pacientes con LES y guiar la toma de decisiones clínicas. El tiempo fijado para cada consulta es un factor limitante para su uso aplicándose en nuestro caso únicamente en un paciente. Se observa una infraestimación de la actividad por parte del clínico con respecto a la dada por los índices, lo cual podría suponer una actividad mantenida en el tiempo con el consecuente aumento del daño de la enfermedad a largo plazo. El desarrollo en los últimos años de calculadoras online podría ayudar a incorporar estas escalas en la práctica clínica diaria.

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