1818 - IMPACTO EN LOS INDICADORES PROA POR LA PANDEMIA COVID-19. EN UN SERVICIO DE MEDICINA INTERNA EN UN HOSPITAL DE TERCER NIVEL
Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, Salamanca.
Objetivos: Tras el aumento de consumo antibiótico durante la pandemia, analizamos los indicadores PROA que valoran la eficacia y la eficiencia de la actuación de estos programas.
Métodos: Se calculan desde el primer trimestre 2020 hasta el tercer trimestre 2021 los ratios de relevancia para la eficacia de los PROA como son el consumo global de antibacterianos y de ellos carbapenémicos y nuevos B-lactámicos, consumo de antifúngicos, fosfomicina, macrólidos o ratio agentes anti-SARM/anti-SASM Y ratio amoxicilina/amoxicilina/clavulánico, diversificación de betalactámicos antipseudomónicos y ratio fluconazol/equinocandinas en un servicio de medicina interna de un hospital de tercer nivel.
Resultados: 1. Medicina Interna es el servicio de nuestro hospital con más estancias (8.830 estancias/tercer tm) y uno de los servicios con mayor índice de indicadores en consumo de antibióticos por las características de sus pacientes y la incidencia en ellos de infecciones. El consumo global de antibacterianos y antifúngicos ha aumentado desde la pandemia. 2. En relación a otros antibacterianos ha aumentado el consumo de vancomicina y eso sería bueno si hubiera disminuido el consumo del linezolid. El consumo de cloxacilina ha aumentado pero sigue siendo inferior con respecto al global del hospital. Hay que potenciar la desescalada anti-SARM/anti-SASM (aunque este ratio ha mejorado con respecto a 2020). 3. Diversificación de betalactámicos antipseudomónicos: el uso de ceftazidima que es casi nulo con respecto al consumo de carbapenémicos ante sospecha de Pseudomonas sp. Tras la pandemia. El consumo de piperacilina-tazobactam es superior al del resto del hospital y ha aumentado de forma considerable con respecto a 2020. Se debe valorar otras alternativas antibióticas según el foco. En relación a los carbapenémicos las DDD de meropenem ha aumentado a casi el doble y tiene un consumo mayor que en el resto del hospital y en cualquier servicio (4,7-9,64), desde el punto de vista positivo el consumo de ertapenem ha aumentado con respecto al 2020. El consumo de ceftazidima-avibactam ha aumentado durante el período analizado. 4. Debemos potenciar el uso de fosfomicina para ITU, opción eficaz según datos de resistencias de nuestro hospital. 5. En relación a las fluoroquinolonas el consumo de levofloxacino ha aumentado levemente, con valores por encima de las DDD globales del hospital, se recomienda su uso vía oral por su alta biodisponibilidad. 6. En relación a los antifúngicos el mayor usado es el fluconazol pero con valores inferiores al resto del hospital, como dato positivo ha aumentado mucho su uso, pero también ha aumentado el uso de anidulafungina e isavuconazol. En relación al ratio fluconazol/equinocandina ha disminuido por lo que se convierte en un valor negativo.
Conclusiones: Los indicadores de PROA-hospitalario, han esclarecido el terrible impacto de la pandemia a nivel nacional en las infecciones nosocomiales, por lo que los Servicios de Medicina Interna que han liderado la pandemia deben contar con estos análisis minuciosos con el fin de valorar el impacto y crear proyectos que supongan una mejora en el consumo antibiótico hospitalario, con el fin de mejorar el impacto del ecosistema, económico y la mejora del paciente.