EA-093 - CRITERIOS STOPP/START EN EL SERVICIO DE MEDICINA INTERNA DE UN HOSPITAL TERCIARIO
Medicina Interna. Consorcio Hospital General Universitario de Valencia.
Objetivos: Analizar la adecuación de la prescripción de ácido acetil salicílico (AAS), estatinas e inhibidores de la bomba de protones (IBP) en los pacientes ingresados en el Servicio de Medicina Interna.
Material y métodos: Se analizan todos los pacientes ingresados entre el 29 de mayo y el 9 de junio de 2017. Se revisó la presencia en el tratamiento habitual de AAS, estatinas e IBP, registrando el principio activo, su dosis y la indicación de su uso. Se revisaron los criterios STOPP/START 2015, evaluando la adecuación de inicio o suspensión de los tratamientos. Se registró si se realizó un intervencionismo sobre los fármacos mal prescritos durante el ingreso y el número de visitas previas a personal sanitario que podrían realizar la modificación del tratamiento habitual.
Resultados: Se registraron datos de 97 pacientes (62% mujeres, edad media 79 años). El 60,8% de la muestra recibían IBP, siendo mayoritario su uso concomitante con fármacos gastrolesivos (23 pacientes). Omeprazol fue el más utilizado (62,71%). El AAS estaba prescrito en el 29,9%, principalmente por accidente cerebrovascular (11 pacientes). El 40,2% recibían estatinas, principalmente atorvastatina ((71,8%), por prevención primaria (17 pacientes). De los pacientes tratados con IBP, 17 cumplían criterios START (enfermedad por reflujo gastroesofágico grave o estenosis péptica que requiera dilatación). De los pacientes en tratamiento con AAS, 23 pacientes cumplían criterios (fibrilación auricular crónica y contraindicación de anticoagulación y pacientes con antecedentes bien documentados de enfermedad vascular). De los tratados con estatinas, 19 pacientes cumplían criterios (antecedentes de enfermedad arteriosclerótica, salvo pacientes en situación terminal o mayores de 85 años). En cuanto a los criterios STOPP, en 25 pacientes deberían suspender el tratamiento con IBP (enfermedad ulcerosa péptica o esofagitis péptica erosiva tratados a dosis plenas durante más de ocho semanas). El tratamiento con AAS se debería suspender en 4 pacientes: dosis superiores a 160 mg/día, enfermedad ulcerosa péptica sin IBP, riesgo de sangrado, combinación con clopidogrel para la prevención secundaria del ictus salvo en pacientes con cardiopatía isquémica o estenosis carotidea grave; y combinación con anticoagulantes. No existen criterios STOPP para la retirada de estatinas. La modificación de tratamientos en el ingreso se realizó en el 4,44% de los pacientes con IBP, en el 30% de los tratados con AAS y en el 10% de tratados con estatinas. Previo al ingreso, los pacientes habían sido atendidos por personal médico más de 10 veces en el 60%.
Discusión: Nuestro estudio refleja la prescripción de fármacos de uso habitual en pacientes de edad avanzada y pone en manifiesto la tasa de adecuada prescripción de los pacientes tratados, siguiendo criterios STOPP/START. Llama la atención la presencia de adecuada prescripción de IBP en el 29% de los tratados, situación similar en los tratados con estatinas, estando indicado su uso en el 49%. La correcta prescripción es mayor en pacientes tratados con AAS (79%). Estos datos podrían deberse a los efectos secundarios propios del uso de AAS, que obliga a una mejor prescripción cuando el tratamiento está indicado, comparativamente con estatinas o IBP, fármacos con efectos adversos de menor envergadura. En cuanto a los pacientes en los que debería suspenderse el tratamiento según criterios STOPP, encontramos una situación similar, con indicación de suspensión en el 42,4%, tasa mucho mayor comparando con los tratados erróneamente con AAS (13,7%). Por último, se pone en manifiesto la escasa intervención realizada sobre nuestros pacientes, tanto durante el ingreso hospitalario actual, como en visitas previas a personal sanitario.
Conclusiones: Existe una gran proporción de pacientes tratados con estos fármacos y en muchos casos, con indicación dudosa de inicio o indicación firme de retirada. Pese a ello, en numerosas ocasiones, tras visitas médicas los tratamientos no son modificados.