646 - INFLUENCIA DE LA COVID-19 EN LA EVOLUCIÓN CLÍNICA DE LOS PACIENTES CON INFECCIÓN POR CLOSTRIDIOIDES DIFFICILE
1Servicio de Medicina Interna, Hospital Universitario de Móstoles, Móstoles (Madrid). 2Servicio de Microbiología, Hospital Universitario de Móstoles, Móstoles (Madrid). 3Unidad de Apoyo a la Investigación, Facultad de Medicina, Universidad Francisco de Vitoria, Madrid. 4Facultad Ciencias de la Salud, Universidad Rey Juan Carlos, Madrid.
Objetivos: Describir la influencia de la infección por SARS-CoV-2 en la evolución de los pacientes con infección por Clostridioides difficile (CDI).
Métodos: Estudio observacional, analítico y retrospectivo. Se recogieron variables demográficas, factores de riesgo y comorbilidades de pacientes adultos con diagnóstico de CDI en el Hospital Universitario de Móstoles entre el 1 de marzo de 2020 y el 31 de marzo de 2021, así como la coexistencia o no de infección por SARS-CoV-2. Se analizó su influencia en la evolución clínica.
Resultados: Se analizaron 126 pacientes (17 coinfectados). Las variables analizadas en ambos grupos (coinfectados vs. no coinfectados) fueron: edad media (74,1 ± 11,6 vs. 76,5 ± 14,4, p = 0,278), sexo (64,7 vs. 53,7% mujeres, 35,3 vs. 46,3% hombres; p = 0,396), institucionalización (41,2 vs. 43,5%, p = 0,856), Charlson (0,9 ± 1,2 vs. 1,8 ± 1,0, p = 0,0027), tratamiento previo IBPs (41,2 vs. 63%, p = 0,088), diabetes mellitus (11,8 vs. 29%, p = 0,235), neoplasia (5,9 vs. 17,6%, p = 0,304), enfermedad renal crónica (ERC) (5,9 vs. 28,7%, p = 0,069), obesidad (5,9 vs. 13,9%, p = 0,695), inmunodepresión (0 vs. 13%, p = 0,213), patología cardiovascular (17,6 vs. 33,3%, p = 0,194), enfermedad inflamatoria intestinal (5,9 vs. 4,6%, p = 0,592), tratamiento antibiótico en los 3 meses previos (70,6 vs. 75%, p = 0,766) e ingreso en los 3 meses previos (52,9 vs. 50,9%, p = 0,877). El 82,4% de los pacientes coinfectados tuvieron CDI leve/moderada, 17,6% severa y ninguna fulminante. Las variables analizadas en relación con la severidad de CDI (leve/moderada vs. severa) fueron: Charlson (0,6 ± 1,1 vs. 2,3 ± 1,2, p = 0,038), neoplasia (7,1 vs. 0%, p > 0,999), ERC (7,1 vs. 0%, p > 0,999), obesidad (0 vs. 33,3%, p = 0,176), patología cardiovascular (7,1 vs. 66,7%, p = 0,063), institucionalización (35,7 vs. 66,7%, p = 0,537), escala Brescia [0-2 (42,9 vs. 100%), 3-4 (14,3 vs. 0%), 5-8 (42,9 vs. 0%), p = 0,325), número de infección [primer episodio (71,4 vs. 100%), reinfección (14,3 vs. 0%), recurrencia (14,3 vs. 0%), p > 0,999], toma de esteroides (64,3 vs. 33,3%, p = 0,537), leucocitos/μl (3650,1 ± 4546,3 vs. 1868,4 ± 3214,3, p > 0,999), creatinina sérica (0,7 ± 0,3 mg/dl vs. 1,6 ± 1,0, p = 0,144) y uso de antibióticos (92,9% vs, 100%, p > 0,999). Comparando la evolución clínica de CDI en pacientes coinfectados vs. no coinfectados, la proporción de exitus atribuible a CDI fue 0 vs. 2,8% (p > 0,999) y la resolución del cuadro 93,3 vs. 75% (p = 0,187). La severidad de CDI fue de 82,4 vs. 79,6% de enfermedad leve-moderada, 17,6% severa en ambos grupos y 0 vs. 2,8% de casos fulminantes. Ingresaron en UCI el 12,5 vs. 1,9% (p = 0,081). Ninguno precisó colectomía. El 23,5 vs. 22,6% tuvieron recurrencias (p > 0,999). Fallecieron por otras causas no atribuibles a CDI el 12,5 vs. 9,3% de los pacientes (p = 0,653).
Conclusiones: En nuestro estudio, los pacientes con CDI y COVID-19 tenían menor comorbilidad que los pacientes sin COVID-19, sin diferencias en edad, institucionalización, ingreso o tratamiento antibiótico previo. La CDI no fue más grave en pacientes con COVID-19. Solo el índice de Charlson fue un factor asociado a gravedad de la CDI en pacientes con COVID-19. Con un número limitado de casos, no se demostró que la infección por SARS-CoV-2 influya significativamente en la evolución de la CDI.