IC-011 - INSUFICIENCIA CARDIACA DESCOMPENSADA: RESULTADO DE LA ADMINISTRACIÓN DE UN PROTOCOLO DE DIURÉTICOS INTRAVENOSOS EN EL HOSPITAL DE DÍA
UGC de Medicina Interna. Hospital Universitario Central de Asturias. Oviedo (Asturias).
Objetivos: Evaluar la eficacia y la seguridad de la administración de un protocolo de diuréticos intravenosos (iv) a pacientes con insuficiencia cardiaca crónica (ICC) descompensada en el hospital de día.
Métodos: Estudio descriptivo de una cohorte de pacientes diagnosticados de ICC descompensada de predominio derecho, sin signos de gravedad clínica y en situación refractaria. Los pacientes están a seguimiento en la Unidad de Insuficiencia Cardiaca de Medicina Interna del Hospital Universitario Central de Asturias. El protocolo consiste en la administración de 60 mg de furosemida iv y 25 mg de hidroclorotiazida oral. Se monitoriza la respuesta diurética durante 2 horas en el hospital de día. Se refuerzan los conocimientos de los signos de alarma y se ajusta la dosis de diuréticos ambulatoria. Posteriormente, se realiza una revisión con analítica en 1-2 semanas. El periodo de recogida de datos fue desde enero de 2012 hasta enero de 2015. Para la valoración de la eficacia se registraron el número de ingresos y visitas a urgencias a los 30 días de la administración del protocolo. Para la valoración de la seguridad se registraron los niveles séricos de creatinina (mg/dl), sodio (mEq/l) y potasio (mEq/l) basales y posteriores a la administración del protocolo. El empeoramiento de la función renal (EFR) se definió como la elevación de la creatinina sérica basal > 0,3. Se consideró estadísticamente significativo el valor de p < 0,05.
Resultados: Se administró el protocolo a 52 pacientes. Recibieron más de un protocolo 11/52 (21,15%). La edad media en años fue 80,96 ± 8,18 (media ± desviación estándar). La clase funcional según la clasificación de la New York Heart Association (NYHA) fue III-IV en 35 (67,3%). El filtrado glomerular estimado fue < 60 ml/min en 45 (86,5%). La creatinina sérica basal fue 1,67 ± 0,58. Se evitó el ingreso a 38/52 (73,07%). De los 14/52 (26,92%) que ingresaron, sólo 3/14 (21,42%) se relacionaron con efectos adversos del tratamiento (2 síncopes por hipotensión y un caso de intoxicación por digital). No se registraron visitas a urgencias. La creatinina sérica posterior a la administración del protocolo fue 2,26 ± 0,97 y 1,77 ± 0,65, en los pacientes que ingresaron y en los que no ingresaron, respectivamente. Esta diferencia fue estadísticamente significativa (p = 0,04). Se produjo EFR en 15/52 (28,54%), de los que ingresaron 7/15 (46,66%), con odds ratio 3,75 para un intervalo de confianza del 95% 1,01-13,84 (p = 0,047). Se registró hiponatremia leve (130-135) en 7 y moderada (120-130) en 5, de los que ingresaron 5 y 1 (síncope por hipotensión) respectivamente. Se registró hipopotasemia leve (3-3,5) en 3 y moderada (2,5-3) en 1. En ningún caso estas alteraciones iónicas fueron la causa que motivó el ingreso.
Discusión: Los pacientes de nuestro estudio tienen edad avanzada, mala clase funcional y disfunción renal, lo que traduce cardiopatías más evolucionadas y con mayor riesgo de descompensación. A pesar del peor pronóstico de este grupo de pacientes, el porcentaje de ingresos evitados es elevado y en ningún caso acudieron a urgencias. Con todo ello, logramos impactar en la reducción de la carga asistencial y consumo de recursos por ICC. El único factor que se asoció a mayor riesgo de ingreso fue el EFR. No todos los pacientes con EFR ingresan, lo que habla a favor de empeoramientos transitorios de la función renal. La mayoría de las alteraciones iónicas observadas fueron leves y en ningún caso motivaron el ingreso. Sólo 3 de los ingresos se relacionaron de forma directa con efectos adversos del protocolo. Por tanto, podemos decir que el protocolo de diuréticos es bien tolerado.
Conclusiones: El protocolo de diuréticos iv es eficaz en términos de reducción de ingresos y visitas a urgencias. Se sugiere que el EFR podría ser un factor de riesgo para el ingreso hospitalario. Las alteraciones iónicas son pocas y con escasa relevancia clínica.