2087 - EXPERIENCIA EN EL USO DE BELIMUMAB EN PACIENTES CON LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO EN UN HOSPITAL DE TERCER NIVEL
Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, Santa Cruz de Tenerife.
Objetivos: Realizar una revisión de los resultados obtenidos mediante el uso del anticuerpo monoclonal frente a la proteína estimuladora de linfocitos B humanos (BLyS) belimumab en pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES) en la Unidad de Enfermedades Autoinmunes y Sistémicas (UEAS) de un hospital de tercer nivel.
Métodos: Estudio observacional descriptivo en el que se analizaron las características demográficas, los criterios clínicos diagnósticos, la actividad de la enfermedad mediante el uso de la escala SLEDAI-2K y el tratamiento actual del total de pacientes con diagnóstico de LES en seguimiento por la UEAS del servicio de Medicina Interna de nuestro hospital. Para ello se analizaron los datos disponibles en la historia clínica de cada paciente en una base de datos anonimizada.
Resultados: Se obtuvo una muestra de 20 pacientes con diagnóstico principal de LES. Un 90% eran mujeres, con una edad media global de 49,2 años. El SLEDAI-2K actual (medido como el último SLEDAI-2K disponible en la historia clínica) medio fue de 2,65; presentando un 40% de los pacientes ausencia total de actividad de la enfermedad entendido como un SLEDAI-2K en la última consulta de 0. Las manifestaciones clínicas más frecuentes observadas fueron artritis (55% de los pacientes), úlceras orales y proteinuria (30%) y alopecia y manifestaciones cutáneas subagudas (20%). El 100% de los pacientes se encontraba en el momento del estudio en tratamiento con hidroxicloroquina. Como tratamiento inmunodepresor, el 70% de los pacientes se encontraba en tratamiento con glucocorticoides, el siguiente inmunosupresor más utilizado fue el metotrexate (25% de los pacientes) seguido de la azatioprina (20%). Únicamente 1 paciente se encontraba en tratamiento con otro fármaco monoclonal diferente al belimumab, siendo este el rituximab. Un 50% de los pacientes se encontraba con tratamiento actual con belimumab en el momento del estudio. Un 80% de los pacientes eran mujeres. La edad media fue de 47,1 años. El SLEDAI-2K actual medio en dichos pacientes fue de 3, presentando un 40% de los pacientes un SLEDAI-2K en la última consulta de 0. El SLEDAI-2K medio previo al inicio del tratamiento con belimumab fue de 10,9, consiguiendo una reducción media de 7,9 puntos en la escala de actividad tras el inicio del tratamiento con belimumab en estos pacientes. El 60% de nuestros pacientes iniciaron en primer lugar belimumab vía endovenosa, pudiéndose pasar en el 83% de los casos posteriormente a vía subcutánea, encontrándose actualmente el 90% de los pacientes en tratamiento con belimumab con tratamiento por vía subcutánea. En ningún caso ha sido necesario retomar la vía endovenosa. En una ocasión, una paciente inició belimumab debiendo suspenderse posteriormente su uso por empeoramiento del síndrome depresivo concomitante que la paciente padecía, no habiéndose tenido en cuenta sus datos dentro del grupo de pacientes en tratamiento con belimumab por no encontrarse en tratamiento actual con dicho fármaco.
Conclusiones: El tratamiento con belimumab se encuentra ampliamente extendido entre los pacientes de nuestra unidad, habiendo resultado efectivo, seguro y reduciendo de manera importante los índices de actividad en pacientes con mal control previo de la enfermedad.
