La prevalencia de la diabetes mellitus tipo 2 aumenta con la edad, asociándose a una elevada prevalencia de fragilidad1. Por ello hemos leído con atención la actualización del documento de consenso Tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 en personas de edad avanzada o frágiles2 realizado por expertos en diabetes mellitus tipo 2. Creemos que la participación de expertos en fragilidad y la persona mayor habría permitido incorporar conceptos importantes como el hecho del distinto abordaje recomendado según el fenotipo de fragilidad, que, a su vez, se asocia a diferentes fenotipos metabólicos.
Así, a modo de ejemplo, existiría un fenotipo de paciente anoréxico desnutrido con resistencia a la insulina reducida y un alto riesgo de hipoglucemia en el que el enfoque priorizaría la desintensificación del tratamiento, y un fenotipo obeso sarcopénico con mayor resistencia a la insulina en el que existiría un menor riesgo de hipoglucemia que permitiría intensificación del tratamiento3.
También enfatizar que entendiendo la fragilidad como un proceso continuo multisistémico, dinámico y potencialmente reversible, en el paciente con diabetes mellitus tipo 2 es básico intensificar las medidas para evitar, frenar o intentar revertir su aparición1. Por ello es importante divulgar los resultados del estudio MID-Frail que apoyan esta premisa; se trata de un ensayo clínico multicéntrico aleatorizado por grupos. Los participantes del grupo de intervención recibieron una intervención multimodal compuesta por un programa individualizado y progresivo de ejercicios de resistencia durante 16 semanas, un programa estructurado de educación diabética y nutricional durante 7 sesiones y formación para garantizar una atención diabética óptima. Después de 12 meses, los participantes del grupo de intervención tuvieron puntuaciones en el Short Physical Performance Battery (SPPB) significativamente más altas y el programa fue coste-efectivo4.
Estos y otros aspectos relativos al paciente anciano, que comprometen seriamente su manejo clínico, debieran incorporarse en próximas ediciones del consenso, siguiendo recomendaciones internacionalmente aceptadas5.