1141 - CAMBIOS EN LA INFLAMACIÓN SISTÉMICA, LIPIDEMIA Y RIESGO CARDIOVASCULAR EN PACIENTES EPOC TRAS REALIZAR REHABILITACIÓN RESPIRATORIA
1Neumología. Hospital Costa del Sol. Marbella. Málaga. 2Medicina Interna. Hospital Costa del Sol. Marbella. Málaga. 3Nefrología. Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA). Hospital Universitario Regional de Málaga. Universidad de Málaga. Málaga. 4Departamento de Medicina. Centro de Investigaciones Médico-Sanitarias. Universidad de Málaga. Málaga. 5Medicina Interna. Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria. Málaga.
Objetivos: La rehabilitación respiratoria (RR) ha demostrado mejorar la disnea, capacidad de esfuerzo y la calidad de vida en pacientes con EPOC. No existen referencias sobre el efecto comparativo de la RR sobre los valores de lipemia en sangre, marcadores de inflamación sistémica, así como el cálculo del riesgo cardiovascular por lo que nuestro objetivo será valorar la influencia del ejercicio sobre dichos objetivos y establecer si existen diferencias pre y post-RR.
Métodos: Estudio prospectivo y de intervención de dos grupos paralelos de 51 pacientes EPOC seguidos en una consulta monográfica que son enviados a un programa de RR. Las mejoras clínicamente significativas en el test de la marcha de los 6 minutos (TM6M) tras un programa de RR se establecen por encima de los 50 metros, aunque algunos autores consideran que 35 metros ya es clínicamente relevante. Se recogieron datos analíticos (colesterol total, LDL y TAG), PCRus (ultrasensible), fibrinógeno, tensión arterial, TM6M y número de agudizaciones. Se calculó el riesgo cardiovascular pre y post RR mediante el sistema Framingham, SCORE, SCORE-HDL, REGICOR y QRISK.
Resultados: El 38,9% de los pacientes tuvieron una mejoría en el TM6M de 35 metros tras la RR y el 29,3% una mejoría mayor o igual de 50 metros. La media de metros pre-RR fue de 385,81 ± 92,21 y post-RR 401,86 ± 102,28, sin llegar a ser significativo. Con respecto al colesterol total hallamos una tendencia a reducirse en aquellos que mejoraban tanto 35 como 50 m en el TM6m (para 50m: 199,700 ± 41,8 vs. 187,950 ± 44,36, p < 0,06; para 35 m: 200,5 ± 42,8 vs. 188,18 ± 45,4, p < 0,056), en el resto de valores destaca la tendencia al descenso del LDL (123,94 ± 31,7 vs. 114,96 ± 31,50, p < 0,08). Para los que mejoran el TM6M 35 m, sí que existe una clara tendencia a disminuir el fibrinógeno (434,583 ± 82,68 vs. 356,49 ± 100,17, p < 0,073). En el RCV, a nivel global no hay diferencias significativas con respecto al valor de tensión arterial sistólica (TAs) pre y post-RR (TAs 141,41 ± 19,95 vs. 139,10 ± 23,52, p < 0,45), aunque sí muestra una tendencia a su descenso. No observamos diferencias en el RCV global ni diferenciándolos por fenotipos agudizador y no agudizador.
Conclusiones: 1. La RR probablemente permita reducir los valores de colesterol, LDL y fibrinógeno en sangre en aquellos pacientes que mejoran clínicamente la capacidad de ejercicio medida por el TM6M. También existe una tendencia a reducir la TA. 2. Nuestra muestra no nos permite establecer diferencias significativas del RCV, medido tras la finalización de la RR. 3. Es necesario ampliar el número de la muestra recogida y realizar esta valoración tras un período mayor de tiempo, donde podamos valorar si los beneficios en actividad física de la RR se traducen en un descenso del RCV.