El burnout es un síndrome psicosocial causado por situaciones estresantes en el ámbito laboral. Afecta al 30-60% de los profesionales médicos. El objetivo de este estudio es realizar un análisis comparativo de su frecuencia antes y después del brote de la COVID-19 en los médicos adjuntos de Medicina Interna españoles.
MétodosSe enviaron encuestas por correo electrónico y redes sociales integradas con el Maslach Burnout Inventory a los miembros de la Sociedad Española de Medicina Interna en 2019 y 2020.
ResultadosSe ha observado un aumento no significativo de burnout (38,0% vs. 34,4%). Sin embargo, sí se constata un aumento en la baja realización personal (66,4% vs. 33,6%; p=0,002), dimensión asociada a la prevención de la morbilidad psiquiátrica, además de otras dos: la fatiga emocional y la despersonalización, que pueden afectar negativamente a la atención del paciente.
ConclusionesEs esencial abordar este síndrome individual e institucionalmente.
Burnout is a psychosocial syndrome caused by stressful situations in the workplace. It affects 30% to 60% of medical professionals. The aim of this study is to carry out a comparative analysis of its frequency before and after the COVID-19 outbreak in Spanish internal medicine attending physicians.
MethodsSurveys that included the Maslach Burnout Inventory were sent via email and associated social networks to physicians who were members of the Spanish Society of Internal Medicine in 2019 and 2020.
ResultsA non-significant increase in burnout was observed (38.0% vs. 34.4%). However, an increase in low personal fulfilment was observed (66.4% vs. 33.6%; p=0.002), a dimension associated with the prevention of psychiatric morbidity, in addition to two others: emotional fatigue and depersonalization, which can negatively affect patient care.
ConclusionsIt is essential to address this syndrome individually and institutionally.
El burnout es un síndrome psicosocial caracterizado por el cansancio emocional, la alta despersonalización y una baja realización personal. La prevalencia del burnout es relativamente alta en los profesionales de la salud a nivel global1,2, e implica consecuencias potencialmente graves tanto para el profesional como para los pacientes.
La despersonalización se asocia con una peor atención al paciente3,4, mientras que una buena realización personal ayuda a prevenir el cansancio emocional y la despersonalización5,6, y reduce el riesgo de morbilidad psiquiátrica7,8. En España hemos observado una prevalencia de síndrome de burnout del 33,4% en nuestros internistas, más frecuente en aquellos más jóvenes y relacionado con el mal ambiente de trabajo, no tener la sensación de poder progresar profesionalmente, una retribución económica que se considera insuficiente y las amenazas recibidas por algunos pacientes o compañeros9.
Además, la pandemia de la COVID-19 ha generado una presión considerable en los sistemas y profesionales sanitarios10, con una prevalencia del síndrome de burnout del 38% de los internistas españoles en el año 202011.
Ante estos resultados es necesario realizar un estudio comparativo de la prevalencia del síndrome de burnout para poder cuantificar y describir con mayor precisión sus efectos en el personal sanitario, así como para facilitar la ponderación de las medidas preventivas y una mejor formación de los profesionales sanitarios.
El objetivo de este estudio es evaluar la prevalencia del síndrome de burnout en los médicos adjuntos de Medicina Interna en España, antes y después de la pandemia causada por el brote de SARS-CoV-2, estimando observar un aumento en la prevalencia del síndrome.
Material y métodosSe han desarrollado dos encuestas utilizando la plataforma Google Forms®. Su difusión se realizó a través del correo electrónico y las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram) de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) durante febrero-abril de 2019 y mayo de 2020. La primera muestra (de febrero a abril de 2019) se llevó a cabo para estudiar la prevalencia del síndrome, al igual que los factores que contribuyeron a su aparición, y sus resultados ya se han publicado9.
Para cuantificar el grado de burnout del personal se utilizó el cuestionario Maslach Burnout Inventory12 (MBI) en español, que explora las tres dimensiones del síndrome con 22 preguntas: 9 son pertinentes a la fatiga emocional; 5 a la despersonalización, y 8 a la realización personal. Los 22 ítems se formulan como afirmaciones con una escala Likert de 0 al 6, y en cada dimensión se determinó, como indicios de burnout, una puntuación de más de 26 para las preguntas pertinentes sobre la fatiga emocional; de más de 9 para la despersonalización, y de menos de 34 para la realización personal.
Se define como síndrome de burnout el hecho de presentar una gran fatiga emocional, una alta despersonalización y una baja realización personal. Se consideraron únicamente las respuestas de los facultativos adjuntos de Medicina Interna que trabajaban en el territorio español. La distribución del sexo y de la edad de los participantes es comparable con la distribución de todos los miembros de la SEMI.
Este estudio cumple los criterios de la Declaración de Helsinki. Las encuestas son anónimas y todos los participantes han aceptado el uso de sus respuestas para fines investigadores y la publicación de los resultados. También se solicitó la aprobación del Comité Ético del Hospital Universitario Gregorio Marañón, que nos indicó que, por las características del estudio (anónimo y sin datos confidenciales), no era necesaria para llevarlo a cabo.
Se ha realizado un análisis comparativo utilizando la prueba de χ2 (o la prueba exacta de Fischer para n<5) para variables cualitativas, y la prueba t de Student para variables cuantitativas. Para rechazar la hipótesis nula y establecer significación estadística se ha establecido un valor de p<0,05.
El análisis se ha realizado con el programa SPSS v.22.0 (SPSS, Chicago, Illinois, EE.UU.).
ResultadosSe obtuvieron 934 respuestas en 2019 y 765 en 2020 (tabla 1), que corresponden al 14,75% y al 12,08% de participación del total de socios y socias de la SEMI, respectivamente. Se muestra un aumento significativo de la baja realización personal (33,0% vs. 66,4%; p<0,002).
Análisis comparativo de los resultados de las encuestas realizadas en 2019 y 2020
2019 | 2020 | p | |
---|---|---|---|
Sexo (mujer) | 58,8% | 62,0% | 0,043 |
Edad media (RIC), años | 41,2 (34-46) | 48,9 (35-52) | 0,200 |
Cansancio emocional | 43,3% | 56,7% | 0,660 |
Alta despersonalización | 40,8% | 52,9% | 0,418 |
Baja realización | 33,6% | 66,4% | 0,002 |
Síndrome de burnout | 34,4% | 38,0% | 0,112 |
RIC: rango intercuartílico.
Sin embargo, se ha observado un incremento, sin ser significativo, del cansancio emocional (43,3% vs 56,7%; p=0,66), de la despersonalización (40,8% vs 59,2%; p=0,418) y, en general, del síndrome de burnout (34,4% vs 38%; p=0,112). No hemos encontrado diferencias significativas en cuanto al sexo o a la edad en aquellos participantes con síndrome de burnout.
DiscusiónSe ha observado un aumento no significativo del síndrome de burnout en los médicos adjuntos de Medicina Interna desde el año 2019 al 2020; otras publicaciones sí han podido constatar un aumento significativo tras el brote de la COVID-1910,13. Es probable que el grado alto de burnout existente antes de la pandemia en nuestros internistas haya afectado este resultado.
La tasa de los dos períodos está en concordancia con el intervalo establecido en publicaciones previas (30%-60%)1,2. Se ha detectado un aumento significativo de la baja realización personal. Este hallazgo se considera preocupante, dado que la realización personal se ha asociado a la prevención de las otras dos dimensiones del burnout: el cansancio emocional y la despersonalización5,6, al igual que a la reducción del riesgo de morbilidad psiquiátrica7,8.
En la publicación de Wu et al.14 se observó una prevalencia menor de burnout entre los profesionales sanitarios que trabajaron en primera línea durante la pandemia que entre los que trabajaban en planta. Es probable que estos últimos dispusiesen de más información sobre la infección por SARS-CoV-2 y, por lo tanto, tuviesen una mayor sensación de control de la situación.
Anteriormente se habían propuesto intervenciones con el fin de especificar el papel y las responsabilidades de los profesionales sanitarios, dado que se ha demostrado una correlación negativa entre la ambigüedad de las responsabilidades y la realización personal15. El estudio longitudinal de Wade et al.16 describe que el nivel de control percibido por el profesional está inversamente relacionado con el burnout.
Hay que destacar que durante la pandemia nuestros internistas se vieron expuestos a una sobrecarga importante de trabajo que, posteriormente, no se ha reconocido adecuadamente. En efecto, en el análisis que se realizó para estudiar qué factores se han asociado a un mayor síndrome de burnout durante la pandemia se ha observado una relación mayor con factores asociados al miedo al contagio (atender pacientes COVID, no disponer de equipos de protección individual [EPI] o utilizar el trasporte público para ir a trabajar) y la sobrecarga laboral sin el posterior reconocimiento (no libranza de guardias, aumento de responsabilidades y no remuneración de las horas extra realizadas)11. Asimismo, durante la pandemia los profesionales sanitarios tuvieron que tomar decisiones conflictivas, muchas veces en contra de sus principios éticos, que conllevaron un efecto negativo en la realización personal del profesional.
Los resultados de la encuesta integrada con el MBI de Shanafelt et al.3, dirigida a un grupo de residentes de Medicina Interna, indican que era más significativamente probable que aquellos participantes que padecían burnout la clasificaran como una «actitud de supervivencia» o como «significativa» o «esencial» para una adecuada gestión del estrés.
Estimamos apropiado proveer un especial enfoque para la creación de acciones para el individuo en respuesta a un entorno de carácter caótico. Para ello, el modelo de entropía de la incertidumbre propuesto por Hirsh et al.17 es de especial interés y aplicabilidad en este contexto. En este marco teórico se integra el concepto de entropía derivado de la termodinámica con modelos psicológicos actuales. Esta equiparación ilustra un proceso clave: la misma inestabilidad presentada por los desafíos del entorno, es decir, el mismo aumento de entropía interna, responsable de la formación de nuevas estructuras cognitivas y, por tanto, adaptación, puede ser, asimismo, responsable del deterioro del mismo sistema si dicha situación de incertidumbre se prolonga demasiado y no es fructífera. Por ende, el desarrollo de las competencias personales enfocadas a la reducción de la entropía y de la incertidumbre percibida podría promover una mejor adaptación cognitiva y conductual18.
En cuanto a las limitaciones del estudio, cabe destacar que, dado el diseño y la diseminación de las encuestas, es posible que aquellos participantes que hayan padecido alguna aflicción por el síndrome de burnout hayan estado más predispuestos a formar parte del estudio, sobreestimando el resultado. Sin embargo, creemos que el número amplio de participantes en las encuestas ayuda a mitigar este efecto. Además, es probable que una parte de los participantes hayan contestado a las dos encuestas, por lo que, a nivel del análisis estadístico, hubiese sido más adecuado haber realizado un análisis de muestras apareadas. Sin embargo, como las dos encuestas eran anónimas, no era posible aparear los resultados y, por ello, se realizó un análisis de muestras no apareadas.
Por último, este estudio no tiene como objetivo evaluar los factores que han llevado al aumento de burnout y únicamente se discute por una revisión de la bibliografía pertinente. Creemos que, a pesar de estas limitaciones, los resultados del estudio son valorables.
Con todo esto, consideramos necesario la implantación de programas formativos para el manejo de situaciones de gran incertidumbre y de formación en técnicas de relajación que permitan prevenir un aumento del desgaste en el personal sanitario en situaciones de sobrecarga laboral como la que hemos vivido19. Además, serían convenientes un análisis y una reflexión de la organización de los servicios para repartir mejor la carga asistencial y reconocer como corresponde ese sobreesfuerzo del personal.
Finalmente, sería necesario repetir una encuesta en 2023 para conocer la situación actual de las plantillas de Medicina Interna tras las sucesivas olas de COVID-19.
En resumen, este estudio ha mostrado un aumento no significativo del síndrome de burnout en los facultativos adjuntos de Medicina Interna en España tras la pandemia. Sin embargo, sí se ha detectado un incremento de una baja realización personal. Como esta situación puede provocar una peor atención de los pacientes, creemos oportuna la implantación de programas formativos para el manejo de situaciones estresantes y de técnicas de relajación, así como una mejor organización de los servicios de Medicina Interna que permitan un reparto equitativo de la carga asistencial y de las responsabilidades.
FinanciaciónEste estudio no ha recibido financiación externa ni de origen público ni privado.
Conflicto de interesesLos autores declaran que no tienen conflicto de intereses.