Hemos leído con interés el estudio realizado por R. García Caballero et al. sobre la «Limitación del esfuerzo terapéutico en pacientes hospitalizados en servicios de medicina interna»1 y nos gustaría añadir algunos comentarios. En primer lugar y dada la dificultad para definir con exactitud el concepto de limitación del esfuerzo terapéutico, consideramos más apropiado hablar de adecuación del esfuerzo terapéutico (AET), entendida como aquella actuación terapéutica proactiva, que incluye añadir, modificar, no iniciar o retirar tratamientos de acuerdo con los objetivos terapéuticos del momento evolutivo del paciente y en la que se contempla la sedación paliativa como parte de la misma2.
Por otro lado, los criterios de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) para definir la fase terminal requieren modificaciones para adaptarse al anciano no oncológico3. Al tratarse de pacientes de edad avanzada, aportaría información muy relevante una adecuada valoración geriátrica integral, haciendo énfasis en el estado funcional, que en el anciano resulta el predictor más fiable de mala evolución y mortalidad con independencia de los diagnósticos clínicos. Basándonos en la evidencia actual, propondríamos la utilización del índice PALIAR4 sustituyendo al de Charlson, puesto que se ha demostrado superior como predictor de mortalidad en enfermedades crónicas no oncológicas.
Referente a los resultados, cabría añadir las preferencias del paciente en la planificación de cuidados y no basarnos únicamente en el estadio evolutivo del proceso. Secundamos que expresiones como no realizar medidas agresivas, son poco concretas. Datos como un 10,3% de muertes inesperadas, la utilización de una sedación terminal en solo el 47,6% o solo un 51% de pacientes considerados terminales, pone de manifiesto la dificultad para identificar los pacientes paliativos no oncológicos.
Respaldamos así la necesidad de fomentar la formación en cuidados paliativos no oncológicos y geriatría ya desde la universidad5.