1390 - PREVALENCIA DE EFECTOS ADVERSOS ASOCIADOS AL USO CRÓNICO DE INHIBIDOR DE LA BOMBA DE PROTONES EN LOS PACIENTES INGRESADOS EN NUESTRA PLANTA DE MEDICINA INTERNA
Hospital Virgen de la Concha. Zamora.
Objetivos: Evaluar la presencia de efectos adversos reconocidos en la literatura médica asociados al uso de inhibidores de la bomba de protones (IBPs) de forma crónica en los pacientes ingresados en nuestra planta de Medicina Interna.
Métodos: Se realiza un estudio retrospectivo observacional de los pacientes ingresados en nuestra planta de Medicina Interna entre el 01/09/2019 y el 30/11/2019 analizando la edad, sexo, motivo de ingreso, prescripción de IBP anterior a un año del ingreso y posibles efectos adversos reconocidos en la literatura, como neumonía nosocomial, infección por C. difficile, déficit de vitamina B12, osteoporosis o hipomagnesemia.
Resultados: Se recogen datos de un total de 831 pacientes, siendo el 54,3% (452) hombres y el 45,6% (379) mujeres con una edad media de 80,29 años (mediana 85 años). Los motivos de ingreso predominantes son las infecciones (22,7%; 189), las causas neumológicas (19,8%; 165) y cardiológicas (19%; 158), seguido de causas digestivas (13,8%), neurológicas (6%) y nefrológicas (5,5%). El 60,5% (503) de los pacientes presenta prescripción de IBP mayor de un año. De ellos, la osteoporosis se encuentra diagnosticada en un 7,2% (36) de los pacientes que los toman frente a un 3,1% (10) en los que no. Respectivamente, la prevalencia de neumonía nosocomial es del 1,4% (7) frente a un 1,2% (4), la infección por C. difficile se presenta en el 1% (5) frente a un 0,3% (1) y el déficit de B12 se encuentra en un 3,2% (16) en los que toman medicación frente al 2,2% (7) en los que no. No había suficientes valores de Mg recogidos como para analizar esta variable.
Conclusiones: El uso de IBP supuso un cambio de paradigma en la presencia de úlcera péptica a nivel ambulatorio y hospitalario. Sin embargo, la aparente ausencia de efectos adversos de esta medicación ha provocado que su uso se generalice, en ocasiones con una dudosa indicación. Lo anterior, junto con la creciente evidencia, si bien en ocasiones contradictoria, de posibles efectos adversos asociados a los mencionados fármacos, hace que debamos replantearnos nuestra estrategia de tratamiento en este sentido. Los datos de nuestro centro no muestran un aumento de prevalencia de los posibles efectos adversos más reconocidos en la literatura, si bien es cierto que la prevalencia de osteoporosis en los pacientes con IBP es más del doble que en los que no los toman. Serían necesarios estudios especialmente diseñados para analizar esta posibilidad.
