La escala de riesgo de enfermedad tromboembólica CHADS2 se ha empleado en pacientes con fibrilación auricular (FA) no valvular para estimar el riesgo de ictus y, en consecuencia, la indicación de tratamiento anticoagulante (ACO)1. En el año 2010 se ha propuesto la escala CHA2DS2VASc en un intento de mejorar la predicción del riesgo de ictus en poblaciones que no tenían indicación de ACO según la escala CHADS22. El impacto de estas escalas, valorado recientemente en España3, ha evidenciado que la escala CHA2DS2VASc amplía el número de pacientes en FA con indicación de ACO y se ha propuesto que esta nueva escala sea mejor validada4. Para conocer el número de pacientes con FA hospitalizados que deberían recibir ACO, según ambas escalas, hemos analizado una serie consecutiva de enfermos diagnosticados de infarto de miocardio (IM), insuficiencia cardiaca (IC) e ictus isquémico (ictus). Se incluyeron todos los enfermos ingresados en el Hospital Don Benito-Villanueva (Badajoz) desde el 1 de enero de 2000 al 31 de diciembre de 2009. Se excluyeron los pacientes con ritmo distinto a FA o sinusal, resultando un total de 1.700 (26%) enfermos tratados con anticoagulantes o antiagregantes (tabla 1). El porcentaje de pacientes con indicación de anticoagulación según la escala CHADS2 osciló entre el 76,8% de los enfermos con IC y el 96,7% de los que padecían ictus. Sin embargo, el porcentaje de estos mismos pacientes que hubieran precisado anticoagulación según la escala CHA2DS2VASc fue superior al 95% en los 3 grupos de enfermos analizados (tabla 1). Estos resultados indican que casi el 100% de los pacientes hospitalizados por IC, IM o ictus isquémico con FA tienen indicación de ACO cuando se utiliza la nueva escala CHA2DS2VASc3.
Características de los enfermos con infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca e ictus isquémico (ictus). Se indica el número de pacientes en fibrilación auricular que deberían recibir tratamiento anticoagulante según la puntuación de las escalas CHADS2 y CHA2DS2VASc
Infarto de miocardio (n= 2.157) | Insuficiencia cardiaca (n=2.138) | Ictus (n=2.247) | |
Número con fibrilación auricular | 233 (10,8%) | 936 (43,8) | 531 (23,6) |
Varones | 134 (57,5) | 436 (46,6) | 212 (39,9) |
Edad (±DE) | 76,4 (±10,4) | 76,9 (±9,9) | 77,9 (±7,9) |
Infarto de miocardio, (%) | 233 (100) | 72 (7,7) | 26 (4,9) |
Tabaquismo activo, (%) | 15 (6,4) | 46 (4,9) | 29 (5,5) |
Ictus previo, (%) | 49 (21) | 119 (12,7) | 97 (18,3) |
Enfermedad arterial periférica, (%) | 11 (4,7) | 24 (2,6) | 26 (4,9) |
Insuficiencia cardiaca, (%) | 76 (32,6) | 936 (100) | 61 (11,5) |
Insuficiencia renal crónica, (%) | 25 (10,7) | 152 (16,2) | 30 (5,6) |
EPOCa, (%) | 40 (17,2) | 283 (30,2) | 71 (13,4) |
Hipertensión arterial, (%) | 213 (91,4) | 831 (88,8) | 444 (83,6) |
Diabetes mellitus, (%) | 94 (40,3) | 366 (39,1) | 167 (31,5) |
Hipercolesterolemia, (%) | 105 (45,1) | 225 (27,2) | 169 (31,8) |
Indicación de anticoagulación oral | |||
Escala CHADS2 ≥2b | 200 (85,8) | 904 (96,7%) | 408 (76,8%) |
Escala CHA2DS2VASc ≥2b, (%) | 233 (100) | 927 (99,0) | 507 (95,5) |
Enfermos dados de alta, (%) | 195 (83,7) | 842 (90,0) | 423 (79,7) |
Tratamiento en el informe de alta | |||
Antiagregantes | 157 (80,5) | 368 (43,7) | 214 (50,6) |
Dicumarínicosc | 30 (15,4) | 321 (38,1) | 162 (38,3) |
El análisis efectuado también nos permite conocer mejor el grado de utilización de ACO en el medio hospitalario. Es conocido, a la luz de las recomendaciones actuales5, la escasa prescripción de ACO en el hospital6. Los datos recogidos indican un incremento significativo en la prescripción de ACO en pacientes con IC (48%). Al tratarse de un estudio retrospectivo no hemos podido aplicar la escala HAS-BLED7, para saber en cuántos pacientes de los que no tomaban ACO (52%) tenían alguna contraindicación para la prescripción de ACO.
De este estudio concluimos, que tal vez sea oportuno incorporar a nuestra práctica clínica diaria el concepto de que todo paciente con FA y afección cardiovascular relevante debiera, salvo contraindicación, recibir tratamiento con ACO. La generalización de las escalas de valoración de riesgo de ictus propuestas, junto a las de hemorragia, podría mejorar la atención de los pacientes con FA y aumentar la prescripción de ACO al eliminar el componente subjetivo de esta decisión.
FinanciaciónEste estudio está financiado por el Instituto Carlos III Ayudas a grupos de investigación emergentes (EMER 07/046).