Según datos poblacionales del año 2005, los castellano-leoneses son los más longevos entre los españoles, siendo Castilla y León la única comunidad del estado español que supera los 79 años en cuanto a esperanza de vida para varones y los 83 años para mujeres1. De particular interés es la prevalencia de nonagenarios y centenarios nacidos en poblaciones vallisoletanas de la comarca de Tierra de Campos y pertenecientes a familias con los apellidos Villarragut, Mucientes y Gallardo.
En un intento de estudiar las causas de tal longevidad, nos centramos en la población de Villabrágima y en la familia Villarragut. La localidad de Villabrágima contaba en el año 2004 con 1.173 vecinos, de los cuales 65 superaban los 85 años de edad: 50 varones (4,2%) y 15 mujeres (1,1%). En la actualidad, finales de 2009, encontramos 5 centenarios (2 de 106, 2 de 102 y uno de 100 años) y 7 nonagenarios oriundos de esa localidad y residentes en la misma o en Medina de Rioseco. La característica común a estos ancianos longevos es, como se ha dicho, su pertenencia a dos familias que comparten el apellido Villarragut, mayoritariamente vía paterna.
Los Villarragut son una estirpe originaria de Hungría que llegó al Levante español en el siglo xiii acompañando a la esposa de Jaime I el Conquistador y que, desde entonces, han tenido una implantación significativa en Valencia y Mallorca2. En lo que a los Villarragut de Villabrágima se refiere, su presencia se remonta, al menos al s. xvii, con Alonso de Villarragut y Represa3.
Estudios analíticos a partir de DNA genómico realizados sobre 5 de los miembros de la familia Virrarragut nos han permitido caracterizar en todos ellos la presencia del alelo E2/3 de la apolipoproteína E (una variante poco frecuente en la población general) e interpretar este hallazgo en relación con el estudio publicado por Ewbank4 sobre el gen ApoE y expectativas de vida en Europa.
Los estudios realizados lo han sido por PCR-RFLP (acrónimo de Polymerase Chain Reaction-Restriction Fragment Length Polymorphism) que es un método que utiliza el corte con endonucleasas de restricción de los productos amplificados por PCR para generar distintos patrones de fragmentos. Los fragmentos son separados por electroforesis en un gel de poliacrilamida, sumergidos en bromuro de etidio y visualizados con un transiluminador UV.
El gen ApoE es el único que reúne los tres criterios exigidos a los genes para que tengan impacto sobre la población general5: las sustituciones sencillas que diferencian sus tres alelos, E2, E3 y E4, están asociadas con una variación sustancial del riesgo de dos causas comunes de muerte: isquemia cardiaca y enfermedad de Alzheimer6–8. Existe también evidencia de que el genotipo apoE está asociado con mortalidad por infarto y varias otras causas de morbilidad y mortalidad9. Segundo, los tres alelos son relativamente comunes. En la mayor parte de las poblaciones, al menos el 50% de la población tiene dos copias del alelo E3 (genotipo E3/3) y al menos el 20% portan al menos una copia del alelo 4 (E2/4, E3/4 o E4/4). El alelo E2 parece estar ausente en algunas poblaciones que viven en regiones árticas pero, en la mayor parte de las poblaciones, al menos el 5% es portador de una o dos copias (E2/2, E2/3, o E2/4)10. Tercero, la frecuencia del alelo E4 varía sustancialmente según las poblaciones4.
El análisis de Ewbank4 concluye que los europeos de edades entre 65 y 69 años con genotipo E3/4 tienen un índice de mortalidad 1,4 veces la del genotipo E3/3, mientras los portadores del genotipo E2/3 exhiben un índice de mortalidad 0,81 veces la del E3/3. La diferencia, pues, entre ser portador del genotipo E3/4 o serlo del E2/3 resulta significativa. Para edades superiores a 69 años, las estadísticas resultan no fidedignas a cuenta del factor de confusión introducido por el exceso de mortalidad entre los portadores E4, pero estudios de estimación para población danesa han predicho que los máximos de porcentajes de muertes para individuos con genotipo E2/3 superan en 6 años los del genotipo E3/4 (fig. 1).
En este contexto de datos y resultados, cobra especial interés nuestro hallazgo de una familia de individuos con genotipo E2/3 y edades que superan en 20 años la esperanza de vida de sus vecinos.