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Vol. 220. Núm. 5.
Páginas 305-314 (Junio - Julio 2020)
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¿Cuándo empieza la diabetes? Detección e intervención tempranas en diabetes mellitus tipo 2
When does diabetes start? Early detection and intervention in type2 diabetes mellitus
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F. Gómez-Peraltaa,
Autor para correspondencia
fgomezperalta@gmail.com

Autor para correspondencia.
, C. Abreua, X. Cosb,c, R. Gómez-Huelgasd
a Unidad de Endocrinología y Nutrición, Hospital General de Segovia, Segovia, España
b Innovation and Health in Primary Care Barcelona City, Gerència Barcelona Ciutat, Institut Català de la Salut, Barcelona, España
c Fundació Institut Universitari d’Investigació en Atenció Primària Jordi Gol i Gurina (IDIAPJGol), Barcelona, España
d Departamento de Medicina Interna, Hospital Regional Universitario, Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA), Universidad de Málaga (UMA), Málaga, España
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Tabla 1. Factores individuales de DM2-prediabetes de alto RCV
Resumen

La diabetes mellitus tipo2 (DM2) es una enfermedad progresiva cuyos cambios fisiopatológicos se producen varios años antes de su detección. Un abordaje basado en el desarrollo fisiopatológico de la DM2 y sus complicaciones enfatiza la importancia de una intervención temprana e intensiva, no solo para prevenir la disfunción de las célulasβ, sino también para actuar sobre los posibles factores de riesgo cardiovascular asociados antes de alcanzar los umbrales glucémicos fijados actualmente para el diagnóstico de la DM2. En el terreno de la DM2 de reciente diagnóstico, el estudio VERIFY ha mostrado que el tratamiento precoz combinado con metformina-vildagliptina proporciona mejoras relevantes en el control glucémico a largo plazo y puede influir positivamente en la evolución de la enfermedad.

Palabras clave:
Diabetes mellitus
Insulina
Incretinas
Riesgo cardiovascular
Vildagliptina
Abstract

Type 2 diabetes mellitus (DM2) is a progressive disease whose pathophysiological changes occur several years before its detection. An approach based on the pathophysiological development of DM2 and its complications emphasises the importance of early and intensive intervention, not only to prevent beta-cell dysfunction but also to act on the potential associated cardiovascular risk factors before reaching the blood glucose thresholds currently set for diagnosing DM2. In the field of recently diagnosed DM2, the VERIFY study has shown that early treatment combined with metformin-vildagliptin provides relevant improvements in long-term glycaemic control and can positively affect the disease's progression.

Keywords:
Diabetes mellitus
Insulin
Incretin
Cardiovascular risk
Vildagliptin
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Introducción

Durante los últimos años la prevalencia de la diabetes mellitus tipo2 (DM2) continúa aumentando de forma alarmante, con el consiguiente aumento de la morbimortalidad asociada y el correspondiente impacto económico1,2. El retraso en el diagnóstico y el tratamiento de la DM2 es frecuente y tiene también consecuencias deletéreas. Se ha estimado una demora de entre 6 y 13años desde el inicio de complicaciones microangiopáticas hasta el diagnóstico de la DM23. En el caso de las complicaciones macrovasculares, este retraso puede ser notablemente mayor, apareciendo factores de riesgo cardiovascular (RCV) 25años antes del diagnóstico definitivo4.

Los datos del estudio di@bet.es, llevado a cabo en España, indicarían que 5,3 millones de personas (el 13,8% de los españoles mayores de 18años) tienen DM2, de los cuales, 2,3 millones (el 43% del total) podrían desconocer el diagnóstico5. Otros estudios muestran que, incluso con datos bioquímicos confirmatorios en el año previo, un tercio de las personas con DM2 no han sido informadas de este diagnóstico6.

Actualmente se sabe que el deterioro progresivo de la función de las célulasβ y su claudicación es el elemento clave en el diagnóstico bioquímico. Sin embargo, otras importantes bases fisiopatológicas de la DM2, como la insulinorresistencia y el estado proinflamatorio, comienzan décadas antes y condicionan un incremento notable del RCV ya en el momento del diagnóstico con los criterios bioquímicos actuales7. El reconocimiento de un estado disglucémico («prediabetes») entre la tolerancia normal a la glucosa y la DM28, basado fundamentalmente en criterios bioquímicos, supuso un avance para el desarrollo de programas de prevención. Sin embargo, en un momento de superación de una visión puramente glucocéntrica en la DM2, debemos avanzar en la detección de personas con DM2 y, más específicamente, con un RCV elevado asociado a este síndrome complejo en fases más tempranas y mediante el uso de otros parámetros (genéticos, bioquímica adicional y clínicos). Todo ello permitiría reducir la morbimortalidad asociada, más allá del diagnóstico bioquímico de DM29.

Por otra parte, se ha avanzado en el desarrollo de diferentes fármacos antidiabéticos, pero el control metabólico de los pacientes sigue siendo deficiente1. Estudios recientes muestran que, incluso en personas con un diagnóstico firme, un tratamiento intensivo, que puede ser combinado y multifactorial, puede reducir las complicaciones a largo plazo evitando la acumulación de riesgo que denominamos «legado metabólico»10. Los datos, sin embargo, señalan que, en vida real, el retraso en la intensificación buscando objetivos de control óptimos es de varios años11,12.

Este abordaje, basado en el desarrollo fisiopatológico de la DM2 y sus complicaciones, enfatiza la importancia de una intervención temprana e intensiva no solo para prevenir la disfunción de las célulasβ, sino en la mejora de todos los factores de RCV asociados. Se espera que este cambio de paradigma fomente el desarrollo de nuevas estrategias para controlar eficazmente esta enfermedad pandémica.

Definición de diabetes y epidemiología de su RCV asociado

La DM2 se define como una enfermedad progresiva caracterizada por la resistencia a la insulina y el fracaso de las célulasβ pancreáticas que desemboca en un estado de hiperglucemia crónica8. La diabetes mellitus afecta a unos 451 millones de personas en todo el mundo, con un aumento previsto en el año 2045 a casi 693 millones, de los cuales el 87-91% de los casos son diagnosticados como DM21. Esta pandemia es preocupante, porque la DM2 aumenta el riesgo de complicaciones agudas y crónicas, afecta profundamente la calidad de vida de los pacientes y supone una importante carga económica para el sistema sanitario13.

Sin embargo, el riesgo derivado del daño arteriosclerótico comienza a acumularse años antes del diagnóstico y con valores de control glucémico inferiores a los requeridos para el diagnóstico de diabetes. Así lo demuestra la asociación epidemiológica de alto RCV con HbA1c inferiores al 6,5%14,15 y con glucosa plasmática en ayunas por debajo de 126mg/dl16,17.

Alteración de la secreción de insulina en la DM2: factores genéticos asociados

El modelo centrado en las célulasβ reconoce que la predisposición genética para tener célulasβ disfuncionales en el contexto de hábitos de vida no saludables conduce a una alteración y pérdida de masa de célulasβ que claudican con una secreción de insulina insuficiente para el estado de resistencia a la insulina (fig. 1). La carga genética se atribuye a variantes (polimorfismos) poligénicas que predisponen a la resistencia a la insulina, a la alteración secretora de insulina18,19 y a otros mecanismos identificados más recientemente: la susceptibilidad a factores ambientales8, la inflamación por el sistema inmune20, factores fisiológicos que incrementan la demanda o dañan a las célulasβ o un perfil lipídico pro-aterogénico21. En concreto, polimorfismos en el gen TCF7L2 se han relacionado con una pérdida progresiva de la secreción de insulina y el desarrollo de DM2 debido a una alteración de la respuesta a las incretinas (GLP-1)22,23.

Figura 1.

Mecanismos de deterioro progresivo de las células en la DM2 en la etapa temprana y en la etapa avanzada40,42-45

FFA: ácidos grasos libres.

(0,17MB).

Sin embargo, el peso de los factores genéticos conocidos en el desarrollo y progresión de la DM2 es limitado frente a los derivados de los hábitos de vida. Así, un estudio prospectivo en más de 5.000 participantes encontró que un mayor riesgo genético de diabetes se asoció con una edad 2años y medio menor al diagnóstico de DM2 y se asoció también al inicio de insulinoterapia 2,15años antes24. Tratándose de una población con 62años de media en el momento del diagnóstico, el perfil genético de alto riesgo no parece aportar diferencias llamativas.

Alteraciones metabólicas en la DM2: dislipemia diabética

A pesar de que la hiperglucemia es la alteración distintiva de la DM2 y los valores bioquímicos dependientes de ella son los válidos para el diagnóstico, el complejo fisiopatológico de insulinorresistencia/insulinodeficiencia se traduce en otras alteraciones del metabolismo intermediario. La dislipemia aterogénica o diabética es una de ellas y confiere un elevado RCV25, apareciendo años antes de las alteraciones glucémicas aceptadas actualmente para el diagnóstico4.

Desde la descripción inicial de estrategias de medicina preventiva se reconoce que marcadores lipídicos como la hipertrigliceridemia, la disminución del colesterol HDL o su cociente son marcadores de riesgo de prediabetes26 y su consiguiente RCV27.

DM2 como enfermedad progresiva: de la prediabetes a la diabetes

La DM2 se desarrolla en sujetos con predisposición genética o adquirida a la resistencia a la insulina y a la disfunción de las célulasβ, y expuestos a factores como un exceso de ingesta calórica, la falta de ejercicio u otros factores ambientales. Como consecuencia, los sujetos progresan de la tolerancia a la glucosa normal (NGT) a una disglucemia (intolerancia a la glucosa y/o glucosa basal alterada) y finalmente a una DM2 establecida28. Por ello, se ha propuesto un enfoque centrado en retrasar el deterioro del control glucémico basado en la preservación de la función de las célulasβ desde las fases iniciales29,30.

En fases previas al diagnóstico de diabetes, la resistencia a la insulina condiciona un hiperinsulinismo endógeno. Esta situación tiene manifestaciones clínicas específicas, como el síndrome del ovario poliquístico31 o la hipoglucemia posprandial idiopática32, que preceden a la DM2 en un número importante de pacientes. Podríamos definir estas como «entidades heraldo» de la DM2, junto con la diabetes gestacional. Además, el estado de hiperinsulinemia promueve acciones pro-ateroescleróticas y procoagulantes. Por ello, cada día es más evidente la necesidad de que el tratamiento de la DM2 se dirija no solo al logro de la euglucemia, sino también a cambiar el curso de la enfermedad invirtiendo los procesos de insulinorresistencia y sus consecuencias.

De un entendimiento de la diabetes centrado en los niveles de glucosa a uno centrado en la fisiopatología subyacente y su RCV asociado

Actualmente, el diagnóstico de la diabetes se basa en los niveles de glucosa plasmática33 y los umbrales de diagnóstico se han fijado en función de la incidencia de complicaciones microvasculares de la diabetes, como la retinopatía34. Sin embargo, mientras que los criterios diagnósticos de la DM2 se basan en el riesgo de desarrollar complicaciones microvasculares, se ha demostrado que las personas con glucosa basal alterada y/o intolerancia a la glucosa tienen un alto riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular aterosclerótica35,36.

Relación entre sensibilidad a la insulina y secreción de insulina en la prediabetes

Hay varias cohortes de pacientes en las que se ha analizado la evolución del estado prediabético al desarrollo de la DM2. En estos estudios se ha puesto de manifiesto que los sujetos con alta sensibilidad a la insulina raramente muestran una tolerancia a la glucosa alterada37-40. Los individuos con valores más altos de resistencia a la insulina siguen siendo tolerantes a la glucosa solo si su páncreas es capaz de reaccionar con una hipersecreción compensatoria de insulina. Esta hipersecreción compensatoria parcial caracteriza a los individuos dentro de la gama de tolerancia a la glucosa deteriorada, mientras que las personas con los valores más bajos de la secreción de insulina suelen presentar DM241.

Cambios en la sobrecarga de las célulasβ durante el desarrollo de la DM2

En una primera etapa se produce una demanda de mayor secreción de insulina en situaciones con resistencia a la insulina debido a exceso de ingesta calórica, inactividad física u obesidad, produciendo un cambio modesto en la masa de células beta, que se traduce en un aumento de la carga de trabajo de las células beta individuales. En esta fase compensatoria la hiperinsulinemia resultante, unida a la hipertensión y a la dislipemia, promueve la aterosclerosis. Con el tiempo, este exceso de carga de trabajo resulta en disfunción y/o muerte celular, con una reducción progresiva de la masa funcional total de las célulasβ. Una vez que se reduce la masa celular, la carga de trabajo sobre las célulasβ residuales se exagera, creando un círculo vicioso de tal forma que, cuando dichas células ya no logran compensar, se alcanzan cifras de hiperglucemia diagnósticas de DM2, incrementándose el riesgo de complicaciones microvasculares. Por lo tanto, una posibilidad para prevenir tanto las complicaciones micro como macrovasculares sería reducir la carga de trabajo de las célulasβ en una etapa anterior a la aparición de la diabetes41.

Los mecanismos de deterioro progresivo de las célulasβ del islote en la DM2 aparecen resumidos en la figura 2.

Figura 2.

Desarrollo progresivo de la diabetes tipo 2.

DM2: diabetes mellitus tipo 2; FRCV: factores de riesgo cardiovascular; HTA: hipertensión arterial.

(0,17MB).
Importancia del tratamiento temprano de la DM2

Los estudios de intervención clásicos han demostrado la importancia del control glucémico para reducir el riesgo de complicaciones microvasculares46. Solo recientemente nuevos fármacos antidiabéticos han podido demostrar beneficios en complicaciones macrovasculares47. Las complicaciones microvasculares, como la nefropatía, la retinopatía y la neuropatía, están fuertemente relacionadas con la hemoglobina A1C (HbA1c). Sin embargo, las complicaciones macrovasculares pueden presentarse en pacientes con HbA1c inferior a 7,0% e incluso en pacientes con disglucemia14,15. La glucotoxicidad y la lipotoxicidad que preceden a la hiperglucemia prolongada y a la disfunción de las célulasβ son eventos fisiopatológicos tempranos y reversibles. Esto sugiere que el tratamiento temprano podría modificar el curso de la hiperglucemia y prevenir o retrasar las complicaciones a largo plazo48.

Datos de diferentes estudios corroboran la importancia de un tratamiento temprano en la DM2, ya que:

  • Hay una relación independiente y continua entre control glucémico (HbA1c) y cardiopatía isquémica, presente con HbA1c inferior a 6,5%49.

  • Cada 1% de aumento de HbA1c se asocia con un aumento del 15-20% de RCV15,50.

  • En sujetos no diabéticos hay una relación entre los niveles de HbA1c (≥5,5-6%) e insuficiencia cardiaca51.

  • Las alteraciones en la glucosa en ayunas se han asociado con una mayor mortalidad16,52 y un mayor RCV a largo plazo53.

  • Se han demostrado elevaciones de los factores del riesgo metabólico 20años o más antes del diagnóstico de DM24.

Por tanto, la intervención temprana para mejorar la resistencia a la insulina y otros factores de RCV es importante debido a dos aspectos: a)la reducción de la carga de trabajo de las célulasβ evitará la pérdida de célulasβ y el desarrollo de DM2, y b)la mejora de la hiperinsulinemia previene la progresión de la aterosclerosis54.

Estrategias individualizadas de detección de DM2

Varios cuestionarios han sido diseñados para la detección de sujetos de riesgo para DM2 (prediabetes)55. Son relativamente fáciles de rellenar, incluso con herramientas disponibles online en las webs de las principales sociedades científicas. Sin embargo, en población norteamericana las herramientas de detección de prediabetes actuales podrían identificar como sujetos con prediabetes al 59% y al 81% de la población mayor de 40 y de 60años, respectivamente56. Por ello, el uso exclusivo de estas herramientas hace inviables estrategias efectivas de intervención y seguimiento.

Estudios longitudinales de largo seguimiento indican que mientras algunas formas de prediabetes aparecen tempranamente, tienen una evolución lenta, pero se asocian a un alto RCV, otras comienzan en edades avanzadas y progresan a diabetes sin incrementar significativamente la morbimortalidad57. El reto consiste en diferenciar un estatus de alteración casi puramente bioquímica del síndrome complejo y de alto RCV de la DM2.

La identificación clínica, bioquímica y posiblemente, en un futuro cercano, genética de los individuos de alto riesgo permitiría estrategias más intensivas y personalizadas de tratamiento y seguimiento.

Algunos factores familiares, clínicos y bioquímicos pueden ser utilizados para individualizar el diagnóstico, el seguimiento y la intervención en la DM2-prediabetes de alto RCV (tabla 1)58.

Tabla 1.

Factores individuales de DM2-prediabetes de alto RCV

Aproximación genotípicaPariente de primer grado con diabetesRaza/origen étnico de alto riesgo (p.ej., afroamericano, latino)Historia de enfermedad cardiovascular 
Entidades heraldoMujeres con síndrome de ovario poliquísticoDiabetes gestacionalOtras afecciones clínicas asociadas con la resistencia a la insulina (p.ej., obesidad severa, acantosis nigricans) 
Datos bioquímicosGlucemia basal alterada (>100mg/dl o >90mg/dl si dislipemia aterogénica) o intolerancia hidrocarbonada (glucemia 140-200 tras SOG) o HbA1c >5,9%Colesterol HDL <35mg/dl y/o triglicéridos >250mg/dl 
Factores de RCV asociado/presenteObesidad abdominal (IMC>25 y/o perímetro de cintura mujeres >88cm, varones >102cm)Hipertensión (>140/90mmHg o tratamiento para la hipertensión)ECV presente 

ECV: enfermedad cardiovascular; HDL: lipoproteínas de alta densidad; IMC: índice de masa corporal; SOG: sobrecarga oral de glucosa.

Fuente: elaboración propia, parcialmente basada en criterios ADA58.

Objetivos de tratamiento de la DM2 y la prediabetes

De acuerdo con la presencia de datos bioquímicos de alteración glucémica y la mayor carga de otros factores de riesgo (tabla 1) puede proponerse una estrategia de tratamiento individualizada (fig. 3) en la que la edad juega un papel fundamental.

Figura 3.

Estratificación de riesgo y propuesta de manejo en prediabetes/DM259.

*Límite superior de la normalidad para HbA1c (mayoría de laboratorios 5,7%); Riesgo bajo: exclusivamente datos bioquímicos de hiperglucemia (BQ+) (glucosa basal alterada/IHC/HbA1c 5,7-6,5%); Riesgo medio: datos bioquímicos de hiperglucemia (BQ+) y antecedentes de entidades heraldo (EH). Riesgo alto: datos bioquímicos de hiperglucemia (BQ+) y factores de riesgo cardiovascular (FRCV) o enfermedad cardiovascular (ECV) y/o antecedentes de entidades heraldo (EH).

MEV: medidas de estilo de vida (ver apartado «Manejo mediante cambios en el estilo de vida»); Tto Fco: tratamiento farmacológico (ver apartado «Tratamiento farmacológico»).

Fuente: elaboración propia, parcialmente basada en criterios AACE59.

(0,21MB).
Manejo mediante cambios en el estilo de vida

Los principales impulsores de la prevención de la DM2 parecen ser el mantenimiento de un peso sano y la actividad física60, particularmente mediante una dieta equilibrada y el ejercicio aeróbico. El modelo más recientemente aceptado de hidratos de carbono-insulina (CIM) de la obesidad recomienda dietas bajas en hidratos de carbono, especialmente de alto índice glucémico, ya que una carga y un índice glucémico altos estimulan el apetito y favorecen la obesidad y el desarrollo de la DM261.

Los resultados de grandes ensayos clínicos de alta calidad demuestran que cambios en la dieta y en la actividad física pueden reducir la incidencia de la DM2 en más del 50% en individuos con alteración de la regulación de la glucosa62,63. Sin embargo, todavía sigue siendo un desafío traducir estos hallazgos a la práctica clínica, probablemente debido a que estas intervenciones solo son eficaces a largo plazo si se garantiza una adecuada adherencia a dichos programas64. En nuestro país se ha desarrollado un proyecto de translación del Diabetes Prevention Study (DPS)65: el Diabetes in Europe-Prevention using Lifestyle, Physical Activity and Nutritional Intervention (DE-PLAN) project, con datos de eficacia, factibilidad y eficiencia que deberían plantear su translación al entorno asistencial real66,67.

Tratamiento farmacológico

Existen evidencias crecientes sobre la importancia del manejo farmacológico temprano e intensivo de la DM2. En las últimas guías de la ADA68 se identifican algunos subgrupos de pacientes que se beneficiarían en gran medida del tratamiento farmacológico para la prevención de la DM2. Concretamente, se recomienda la terapia con metformina en pacientes con prediabetes y con un IMC35kg/m2, con una edad inferior a 60años o en mujeres con antecedentes de diabetes gestacional69. Para garantizar una disminución del RCV es imprescindible una duración mínima del tratamiento farmacológico y alcanzar una reducción de la HbA1c70. Se ha demostrado que el cribado de la DM2 en individuos con riesgo alto o moderado y un tratamiento temprano e intensivo es, además, una medida coste efectiva71.

En este sentido, el uso de terapia de combinación en los pacientes que presentan una HbA1c al diagnóstico elevada ha sido testada en varios ensayos clínicos controlados. Un metaanálisis realizado por Phung et al.72 en 2014 analizó 15 ensayos clínicos que comprendían 6.693 pacientes con una HbA1c media basal de 7,2-9,9% y con 1,6 a 4,1años desde el diagnóstico de la diabetes y una media de seguimiento de 6meses. En este trabajo se analizaron las combinaciones de metformina con tiazolidinedionas, con secretagogos de insulina, inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4) e inhibidores del cotransportador sodio/glucosa2 (SGLT-2). En comparación con el tratamiento con metformina, las combinaciones consiguieron una disminución significativa de la HbA1c (−0,43%, IC95%: −0,56 a −0,30), incrementó de manera significativa que se alcanzara el objetivo de disminuir la HbA1c por debajo del 7% y también consiguió una disminución media de la glucosa plasmática preprandial de −14,30mg (IC95%: −16,09 a −12,51), aunque se reportó un aumento significativo del riesgo de hipoglucemia72.

En otra revisión sistemática se analizaban específicamente las diferencias entre el inicio del tratamiento con metformina o con la adición de un inhibidor de DPP-4. Se incluyeron 8 ensayos clínicos que comprendían 7.778 pacientes. Las combinaciones consiguieron una disminución significativa de la HbA1c (−0,49, IC95%: −0,57 a −0,40) de la glucosa preprandial (−14,40 mg/dl (IC 95%: −15,66 a −13,32) pero no disminuyeron el riesgo de padecer hipoglucemia ni el RCV73.

En otro metaanálisis más reciente realizado por Cai et al.74 en 2018 y que analizaba un total de 36 ensayos clínicos que englobaba los anteriores metaanálisis sí se pudieron realizar comparaciones entre las distintas combinaciones con sus respectivos placebos. En comparación con la metformina, su combinación con otras terapias consiguió una reducción significativa de la HbA1c. Muchas de las terapias combinadas presentaban un riesgo de hipoglucemia similar, con excepción de la combinación sulfonilurea/glinida en comparación con la metformina y la combinación de tiazolidinediona y metformina en la que era superior. En comparación con el tratamiento con inhibidores de DPP-4 en solitario, su combinación registró una disminución significativa de HbA1c y un riesgo parecido de padecer hipoglucemia74.

Milder et al.75 han revisado recientemente en un metaanálisis 4 estudios en los que analizaban las combinaciones con los inhibidores de SGLT-2 que comprendían un total de 3.749 pacientes. La combinación con metformina disminuyó la HbA1c en el −0,55% (IC95%: −0,67 a −0,43), así como el peso (−2,00kg, IC95%: −2,34 a −1,66). Las dosis elevadas del inhibidor de SGLT-2 muestran un ligero beneficio en la disminución del peso, pero no en el caso del control glucémico

Estudio VERIFY

Las ventajas de un abordaje temprano intensivo de la DM2 y la necesidad de abordar diversas dianas terapéuticas mediante tratamientos combinados fueron el racional para el diseño del estudio VERIFY76. Un estudio aleatorizado, doble ciego, con una duración de 5años (dividido en 3periodos) compara un tratamiento temprano combinado vildagliptina-metformina con una terapia estándar inicial con metformina en monoterapia (período1), seguida de la adición escalonada de un segundo agente antidiabético oral (período2). Se añadió insulina como terapia de rescate si el control glucémico se deterioraba (período3).

Objetivos

El objetivo principal del estudio fue valorar la duración del control glucémico (HbA1c <7%) con ambos enfoques de tratamiento. También se valoraron los cambios en la función de las célulasβ y la sensibilidad a la insulina, el tiempo hasta la iniciación de la insulina, el efecto sobre las complicaciones diabéticas y otros aspectos como la calidad de vida.

Diseño y desarrollo

Se incluyó a pacientes de 18 a 70años con DM2 diagnosticada dentro de los 2años anteriores, con HbA1c de 48-58mmol/mol (6,5-7,5%) y un índice de masa corporal de 22-40kg/m2. Los pacientes fueron asignados aleatoriamente en una proporción 1:1 al grupo de tratamiento de combinación temprana o a la metformina más placebo inicial. La dosis diaria estable de metformina fue de 1.000, 1.500 o 2.000mg en ambos brazos y la vildagliptina se administró a 50mg dos veces al día. Los pacientes e investigadores se mantuvieron ciegos respecto a los tratamientos. Se definió el fracaso primario como el momento en que el tratamiento no mantuvo la HbA1c por debajo de 53mmol/mol (7,0%), confirmado en dos visitas programadas consecutivas con 13semanas de diferencia. En ese momento los pacientes entraban en el período2: en el brazo de monoterapia con metformina se añadía vildagliptina 50mg dos veces al día en lugar del placebo, mientras que los que ya llevaban la combinación se mantenían igual, con lo que durante el periodo2 todos los pacientes recibieron la terapia combinada. La variable principal de eficacia fue el tiempo desde la aleatorización hasta el fracaso primario.

Si durante el período2 los protocolos locales de diabetes recomendaban tratamiento de intensificación con insulina, los participantes comenzaron el tratamiento con insulina, además de la combinación de vildagliptina-metformina (fallo secundario e inicio del periodo3).

Resultados del estudio

Fueron incluidos 2.001 participantes. La HbA1c fue constantemente más baja a lo largo del tiempo en el grupo de tratamiento combinado en comparación con el grupo de monoterapia, con una mayor proporción de pacientes con HbA1c por debajo del 7% (53mmol/mol), del 6,5% (48mmol/mol) y del 6% (42mmol/mol). La incidencia de fracaso primario fue de 429 (43,6%) pacientes en el grupo de tratamiento combinado y 614 (62,1%) pacientes en el grupo de monoterapia77. La mediana observada en el fracaso primario en el grupo de monoterapia fue de 36,1meses, mientras que para los que recibieron terapia de combinación temprana se estimó en 61,9meses. Se observó una reducción significativa del riesgo relativo del 49% en el tiempo hasta el fracaso primario para la combinación temprana en comparación con el grupo de monoterapia durante los 5años de duración del estudio (hazard ratio 0,51; p<0,0001). El tiempo hasta el fracaso secundario (insulinización) también se redujo significativamente en el grupo de tratamiento combinado inicial (HR 0,74; p<0,0001)78. El ensayo no fue diseñado para evaluar las diferencias en los resultados cardiovasculares, pero todos los eventos estaban sujetos a adjudicación. Durante los 5años de duración del estudio se vio una reducción numérica en el riesgo de tiempo al primer evento macrovascular con el enfoque de tratamiento de combinación temprana en comparación con la monoterapia inicial (HR 0,71; p=0,19). Ambos enfoques de tratamiento fueron seguros y bien tolerados y sin muertes relacionadas con el tratamiento de estudio78. Quedan diversos aspectos del estudio pendientes de comunicación, tales como la preservación de función de las células beta y la evolución de la microangiopatía en ambos brazos.

Conclusiones

El deterioro progresivo de la función de las célulasβ es el elemento clave en el actual diagnóstico bioquímico de la DM2. Sin embargo, otras importantes bases fisiopatológicas de la DM2, como la insulinorresistencia, la dislipemia aterogénica, la hipertensión arterial asociada y el estado proinflamatorio, comienzan décadas antes y condicionan un incremento notable del RCV. Debemos avanzar en la detección de personas con RCV elevado asociado a este síndrome complejo en fases más tempranas mediante la superación de una visión puramente glucocéntrica en la DM2. El uso de parámetros adicionales a los glucémicos, fundamentalmente clínicos y bioquímicos y, en un futuro cercano, genéticos permite una individualización del riesgo de progresión y de morbimortalidad. El estudio VERIFY ha demostrado que la intervención temprana y con una terapia combinada de vildagliptina más metformina proporciona mayores y duraderos beneficios a largo plazo en comparación con la monoterapia de metformina para pacientes con DM2 de reciente diagnóstico.

Financiación

El presente trabajo ha sido financiado por Novartis Farmacéutica.

Conflicto de intereses

F.G.P. ha recibido honorarios personales y otros de Novartis, ayudas a la investigación y otros de Astra Zeneca, ayudas a la investigación y otros de Sanofi, ayudas a la investigación y otros de Novo Nordisk, ayudas a la investigación y otros de Boehringer Ingelheim Pharmaceuticals, otros de Lilly, otros de Bristol-Myers Squibb Co.

C.A. ha recibido apoyo de investigación de Sanofi, Novo Nordisk, Boehringer Ingelheim Pharmaceuticals y Lilly, y ha actuado como orador para Sanofi, Novo Nordisk, Boehringer Ingelheim Pharmaceuticals, Astra Zeneca Pharmaceuticals y Bristol-Myers Squibb Company.

X.C. ha recibido subvenciones y honorarios personales de Novartis y honorarios personales de Esteve.

R.G.H. ha recibido subvenciones, honorarios personales y otros de Boehringer-Lilly, ayudas a la investigación, honorarios personales y otros de Novo Nordisk, ayudas a la investigación, honorarios personales y otros de Sanofi, honorarios personales y otros de Astra Zeneca, otros de MSD, ayudas a la investigación y otros de Janssen, honorarios personales de Novartis.

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