456 - ASISTENCIA COMPARTIDA EN FRACTURA DE CADERA: EL IMPACTO DE LA FRAGILIDAD
GEPACP. Servicio de Medicina Interna, Hospitales de Valme y El Tomillar. AGS Sur de Sevilla, Sevilla, España.
Objetivos: El impacto de la fragilidad, entendida como síndrome geriátrico caracterizado por una disminución de la reserva fisiológica, en los resultados de ancianos intervenidos de fractura de cadera es incierto debido a la heterogeneidad de las herramientas de evaluación y la escasez de estudios. El objetivo del presente trabajo es analizar el impacto de la fragilidad en la tasa de complicaciones inmediatas, funcionalidad y pronóstico a un año tras la fractura de cadera.
Métodos: Estudio de cohortes retrospectivo y unicéntrico. Se incluyeron pacientes de ≥ 75 años ingresados por fractura de cadera por fragilidad ósea entre 2023 y 2024. La fragilidad se evaluó empleando el índice Frágil-VIG y se categorizó en fragilidad ausente o leve y fragilidad moderada-avanzada. Se analizaron las complicaciones intrahospitalarias, la necesidad de institucionalización, estado funcional, reingreso y pronóstico a 12 meses según el grado de fragilidad empleando análisis univariante y regresión logística multivariante.
Resultados: Se incluyeron un total de 155 pacientes (mediana de edad 84 años, 68,4% mujeres). Solo 1 paciente no fue intervenido. En el análisis univariante, la fragilidad moderada-avanzada se asoció a mayor edad (p < 0,001) y mayor riesgo anestésico (p = 0,002). En cuanto a la tasa de complicaciones, los pacientes con mayor fragilidad precisaron un requerimiento transfusional superior (58,2 vs. 41,0%, p = 0,040) y presentaron mayor incidencia de delirium (50,9 vs. 22,0%, p < 0,001), sin diferencias en tasa de complicaciones cardiológicas, infecciosas o migración del material de osteosíntesis. En cuanto a la funcionalidad, los pacientes más frágiles exhibieron una mayor probabilidad de institucionalización y una menor probabilidad de lograr la deambulación independiente a 12 meses (p < 0,001). La mortalidad intrahospitalaria fue del 3,9% (6/155) sin encontrar diferencias entre grupos; tampoco en la estancia hospitalaria ni en la tasa de reingreso a 30 días que globalmente fue del 12,5% (19/155). En el análisis de supervivencia de Kaplan-Meier el grupo más frágil mostraba una tendencia a una mayor mortalidad, aunque sin alcanzar significación estadística (p = 0,18). En el análisis multivariante, la fragilidad moderada-avanzada se asoció a una mayor edad, incidencia de delirium, riesgo anestésico y una menor funcionalidad según la capacidad ambulatoria en la revisión anual.


Conclusiones: La fragilidad medida mediante el índice Frágil-VIG puede resultar una herramienta clínica valiosa para identificar a pacientes con fractura de cadera con elevado riesgo de complicaciones intrahospitalarias. Además, la fragilidad evaluada con este índice se erige como un factor predictivo significativo de la trayectoria funcional posoperatoria, incrementando la probabilidad de institucionalización y la posibilidad de recuperar la deambulación independiente al año. Estos hallazgos subrayan la importancia de la evaluación sistemática de la fragilidad, la cual se abre como una ventana de oportunidad para implementar intervenciones personalizadas como la optimización nutricional o la implementación de programas de rehabilitación temprana e intensiva de cara a mejorar los resultados funcionales en esta población vulnerable. En cuanto al impacto de la fragilidad sobre el pronóstico medido como mortalidad o reingreso, este podría haberse visto limitado por el reducido número de eventos y el tamaño muestral, subrayando la necesidad de estudios con mayor tamaño muestral y un mayor número de eventos para dilucidar su impacto en este ámbito.




