695 - SEDACIÓN PALIATIVA EN PACIENTES HOSPITALIZADOS POR LA COVID-19
1Hospital General Universitario de Alicante. Alicante. 2Universidad Miguel Hernández. Elche. Alicante.
Objetivos: Analizar y describir las características clínico-epidemiológicas de los pacientes con infección por COVID-19 que precisaron sedación paliativa, así como la composición y las características de la misma.
Métodos: Se realizó un estudio observacional, transversal y retrospectivo, y para ello, se revisaron las historias clínicas de pacientes ingresados con COVID-19, confirmado por PCR-RT, en el Hospital General Universitario de Alicante desde el 21 de marzo de 2020 hasta el 28 de febrero de 2021.
Resultados: Ingresaron 2.035 pacientes, de los cuales fallecieron 293 (14,4%) y de éstos, 231 (78,8%) lo hicieron en planta, recibiendo sedación paliativa 103 (44,6%). La mayoría eran varones (60,2%), con una mediana de edad de 85 años (RIC: 80-90), y con comorbilidades, siendo la más frecuente la hipertensión arterial, seguida de la diabetes mellitus. La mediana de la escala de fragilidad clínica fue de 8 y del índice de comorbilidad de Charlson fue de 7. En la mayoría de los casos, la infección fue adquirida en la comunidad (71,8%). De estos pacientes, el 35,9% recibió tocilizumab y el 84,5%, corticoides. El síntoma más frecuente por el que precisaron sedación fue la disnea (96,1%) seguido de la agitación (51,5%) y el dolor (43,7%). El fármaco más empleado fue la morfina (100%) y, en cuanto a la mezcla, fue la compuesta por morfina, buscapina y midazolam (55,3%). La vía de administración más utilizada fue la intravenosa (98,1%), se retiraron los tratamientos activos en el 98,1% de los pacientes y precisaron rescate el 74,8%. La mediana entre el ingreso y el inicio de la sedación fue de 8 días (RIC: 4-11) y la mediana de duración aproximada fue de 20 horas (RIC: 11,5-40). En el 100% de los casos, se inició la sedación tras haber informado adecuadamente a los familiares y recibir su consentimiento.
Conclusiones: La mitad de los fallecidos por COVID-19 en planta de hospitalización requirió sedación al final de la vida. La mayoría de los pacientes eran varones de edad avanzada y con comorbilidades. El síntoma más frecuente que justificó la sedación fue la disnea, siendo la duración media de la misma corta. A pesar de que tenga lugar en circunstancias complicadas, no hay que olvidar la importancia de incluir a los familiares en la decisión de iniciar sedación.