La COVID-19 es responsable de una elevada mortalidad en pacientes con edad avanzada1-3. Los pacientes mayores pueden presentar un aumento de la dependencia en actividades de la vida diaria y fragilidad, como consecuencia de la disminución en la reserva fisiológica, que sitúa a estas personas en riesgo de resultados adversos (limitación funcional y fallecimiento)4,5.
Hay diferentes estudios que han investigado la fragilidad en los pacientes con la COVID-19 como factor de riesgo de mortalidad2,6. También hay estudios que han corroborado que la dependencia para poder realizar actividades de la vida diaria también se asocia con una mayor mortalidad en pacientes mayores7. Pero no se ha estudiado tan en profundidad durante la infección por la variante ómicron (COVID-19), que generó menos mortalidad, pero más transmisión2. De igual manera, hay pocos estudios sobre el cambio de la dependencia y de la fragilidad en los pacientes que presentan infección por COVID-198,9.
Por ello, en el estudio que hemos realizado pretendemos analizar la dependencia y la fragilidad como predictor de mortalidad, y describir el cambio de la dependencia y fragilidad en las personas mayores con COVID-19 que precisaron ingreso en la ola por la variante ómicron (COVID-19).
Durante la investigación, se analizó a los pacientes mayores de 65 años que ingresaron en una de las salas del Servicio de Medicina Interna desde el 7 de enero del 2022 hasta el 28 de febrero del 2022. La dependencia se analizó mediante el índice de Barthel4 y la fragilidad se trató mediante la escala FRAIL descrita por Fried et al.10. El riesgo de caídas se estudió mediante la escala de Downton. El índice de Barthel y la escala FRAIL se trataron 15 días antes del ingreso (basal), en el momento de ingreso, en el alta de la hospitalización y 15 días después del alta hospitalaria (mediante una llamada de teléfono).
Durante el periodo del estudio ingresaron 68 pacientes mayores de 65 años con COVID-19 y 12 pacientes fallecieron durante el ingreso o en los 15 días después del alta (17,6%). Los que fallecieron tenían significativamente una media de edad mayor (91,5 vs. 78,5 años; p=0,002), una menor puntuación en el índice de Barthel antes del ingreso y en el momento del ingreso (mediana: 30 y 15 vs. 95 y 70; p<0,01) y una mayor valoración de la escala FRAIL antes del ingreso y en el momento del ingreso (mediana: 4,0 y 3,5 vs. 2 y 2,5; p=0,050). La escala de Downton y el sexo no se relacionaron con la mortalidad. El índice de comorbilidad de Charlson ajustado por edad fue mayor en los que fallecieron (mediana: 8 vs. 7; p=0,085) (tabla 1).
Edad, sexo, nivel de dependencia, fragilidad, riesgo de caída y comorbilidad en los pacientes mayores de 65 con COVID-19 respecto a la evolución desfavorable y la evolución de la misma durante el ingreso y hasta 15 días después del alta
No fallecimientoN=56 | FallecimientoN=12 | Cruda OR(IC del 95%)valor p | Ajustada OR(IC del 95%)avalor p | Ajustada OR(IC del 95%)bvalor p | |
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Edad (años) | |||||
Mediana (RIC) (n=68) | 78,5(75-85) | 91,5(82,5-93) | 1,16(1,05-1,29)p=0,004c | – | – |
65-79, n (%) | 31 (55,4) | 2 (16,7) | 6,20 (1,24-30,9) | 15,18 (1,23-187) | 11,06 (0,65-187) |
≥80, n (%) | 25 (44,6) | 10 (83,3) | p=0,015d | p=0,341 | P=0,096 |
Sexo | |||||
Mujer, n (%) | 31 (55,4) | 5 (41,7) | 1,57 (0,55-1,42) | 37,9 (1,63-880) | 21,41 (1,57-292) |
Varón, n (%) | 25 (44,6) | 7 (58,3) | p=0,389 | p=0,023 | p=0,021 |
Dependencia, Índice de Barthel | |||||
Previa al ingreso (n=64) | |||||
Mediana (RIC) | 95(35-100) | 30(0-55) | 0,97(0,96-0,99)p=0,010c | – | – |
Independiente-dependiente leve (100-61), n (%) | 39 (73,6) | 3 (27,3) | 7,43 (1,72-32) | 52,4 (0,91-2988) | – |
Dependiente moderado, grave y total (60-0), n (%) | 14 (26,4) | 8 (72,7) | p=0,003d | p=0,055 | |
Al ingreso (n=68) | |||||
Mediana (RIC) | 70(17.5-100) | 15(0-45) | 0,97(0,95-0,99)p=0,004c | – | – |
Independiente-dependiente leve (100-61), n (%) | 35(62,5) | 0 (0,0) | ND, p <0,001d | – | ND |
Dependiente moderado, grave y total (60-0), n (%) | 21 (37,5) | 12 (100) | |||
Fragilidad, escala FRAIL | |||||
Previa al ingreso (n=64) | |||||
Mediana (RIC) | 2 (0,5-3,5) | 4,0 (2,5-4,0) | 1,55 (1,01-2,39)p=0,045 | – | – |
No frágil-prefrágil (0-2), n (%) | 35 (63,6) | 3 (27.3) | 4,66 (1,11-19,6) | 1,73 (0,11-27) | – |
Frágil (3-5), n (%) | 20 (3,4) | 8 (72,7) | p=0,043d | p=0,695 | |
Al ingreso (n=68) | |||||
Mediana (RIC) | 2,5 (1,0-4,0) | 3,5 (3,0-4,5) | 1,69 (1,01-2,69)p=0,042c | – | – |
No frágil-prefrágil, 0-2, n (%) | 28 (50)/ | 2 (16,7) / | 5,00 (1,00-25) | – | 15,25 (0,53-438) |
Frágil (3-5), n (%) | 28 (50) | 10 (83,3) | p=0,035)d | p=0,112 | |
Riesgo de caídas escala de Downton (n=68) | |||||
Al ingreso | |||||
Mediana (RIC) | 4(2-6,5) | 5,5(4-6) | 1,17(0,90-1,53)p=0,230 c | – | – |
Comorbilidad, Escala de Charlson | |||||
Bajo riesgo de caídas (0-2), n (%) | 39 (69,6)/ | 11 (91,7)/ | 4,57 (0,57-40) | – | – |
Alto riesgo (≥ 3 puntos), n (%) | 17 (30,4) | 1 (8,3) | p=0,160d | ||
Mediana (RIC) | 7 (5-8) | 8 (6,5-9) | 1,29 (0,99-1,72)p=0,085c | – | – |
0-7 puntos | 38 (67,9) | 4 (33,3) | 14,22 (1,12-15,9) | 111,03 (1,08-112) | 17,81 (1,11-54) |
≥8 puntos, n (%) | 18 (32,1) | 8 (66,7) | p=0,026d | p=0,042 | p=0,038 |
Evolución dependencia y fragilidad | |||||
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15 días previa ingreso | Al ingreso | Al alta | A los 15 días | p valor | |
Dependencia, índice de Barthel | |||||
Mediana (RIC) | 95 (65-100) | 72,5 (20-100) | 85 (10-100) | 82 (25-100) | 0,032e |
Independiente-dependiente leve (100-61), n (%) | 42 (65,6) | 35 (51,5) | 33 (52,4) | 32 (57,1) | 0,080 |
Dependiente moderado, grave y total (60-0), n (%) | 22 (34,4) | 33 (48,5) | 30 (47,6) | 24 (42,9) | |
Fragilidad, escala FRAIL | |||||
Mediana (RIC) | 2 (0-2) | 2 (1-4) | 2,5 (1-4) | 2 (1-4) | 0,101e |
No frágil- prefrágil, 0-2, n (%) | 38 (57,6) | 30 (44,1) | 26 (38,2) | 431 (45,6) | 0,080 |
Frágil (3-5), n (%) | 28 (42,4) | 38 (55,9) | 36 (52,9) | 25 (44,6) |
En negrita valores de p significativos.
ND: no disponible; RIC: recorrido intercuartílico.
Teniendo en cuenta el análisis multivariado —índice de Barthel, escala FRAIL, índice de comorbilidad de Charlson, edad y sexo—, el indicativo para asociar con la mortalidad fue tener un índice muy elevado de comorbilidad de Charlson (≥ 8 puntos), una edad mayor o igual a 80 años y ser hombre (tabla 1).
La media del índice de Barthel previo al ingreso (95 puntos) desciende hasta el ingreso (72,5 puntos) y luego no empeora durante el ingreso e incluso se recupera discretamente a los 15 días del alta (82 puntos). La escala FRAIL aumenta antes del ingreso —mientras que empeora la fragilidad— y mejora a los 15 días del alta.
Este estudio tiene la limitación de ser un estudio unicéntrico y con un número de pacientes reducido, aunque tiene la fortaleza de analizar la dependencia y la fragilidad como factor de riesgo de mortalidad y en especial la posibilidad de analizar el cambio de la misma que se ve en los pacientes que precisan ingreso.
Este trabajo pone de manifiesto que la dependencia y la fragilidad 15 días antes del ingreso y en el momento del ingreso son un factor de riesgo de mortalidad en los pacientes mayores de 65 años con enfermedad por COVID-19 grave que precisan ingreso por insuficiencia respiratoria.
Además, el nivel de dependencia y fragilidad aumenta en el momento del ingreso respecto al basal 15 días antes y se recupera levemente a los 15 días. La recuperación podría deberse a que no se han evaluado a los pacientes que han fallecido (n=12). Por lo que estos resultados sobre la evolución del índice de Barthel y la escala FRAIL deben tenerse en cuenta con cautela. Probablemente la COVID-19 aumenta la fragilidad y la dependencia de los pacientes durante el alta y perdura a los 15 días del alta.
Para finalizar queremos recalcar que estos pacientes, debido al empeoramiento de su estado funcional, se beneficiarían de una medida temprana de rehabilitación funcional y psicosocial.