O-003 - NIVELES DE VITAMINA D Y PREVALENCIA DE OSTEOPENIA Y OSTEOPOROSIS EN UNA POBLACIÓN DE PACIENTES CON ENFERMEDAD HEPÁTICA CRÓNICA DE MÚLTIPLES ETIOLOGÍAS
1Medicina Interna, 2A.P. Gerencia de Atención Integrada, 4Aparato Digestivo. Hospital General de Tomelloso. Tomelloso (Ciudad Real). 3Unidad de Apoyo a la Investigación. Hospital General la Mancha Centro. Alcázar de San Juan (Ciudad Real).
Objetivos:Conocer la prevalencia del déficit de vitamina 25-OH-D3 y su relación con el desarrollo de osteopenia y osteoporosis en un grupo de pacientes con EHC de distintas etiologías.
Material y métodos:Se reclutaron 160 pacientes (95 varones; 59,4%) con una media de edad de 54,4 ± 13,7 años. 36 pacientes (22,5%; 69,7% estadio Child-Pugh A) tenían cirrosis y 38 mujeres (23,7%) eran postmenopáusicas. Las principales etiologías de EHC fueron: hepatitis C crónica (41 pacientes; 25,6%) y hepatitis B (36 pacientes; 22,5%). Se consideraron valores normales de vitamina 25-OH-D3 aquéllos por encima de 30 ng/mL, y déficit grave < 10 ng/mL. Se determinó también la concentración sérica de PTH (valor de referencia 15-65 pg/mL). La DMO se estimó mediante densitometría ósea (DXA). Según los criterios de la OMS, se diagnosticó osteopenia con T-score entre -1,0 y -2,5 y osteoporosis con T-score menor o igual a -2,5. Nivel de significación estadística con valor de p < 0,05. Análisis estadístico mediante el programa SPSS Statistics versión 18.0.
Resultados:La prevalencia total de alteraciones de la DMO fue del 39,4%, con un 32,3% de osteopenia y un 7,1% de osteoporosis. Sólo un 19% de los pacientes tuvieron un nivel de 25-OH-D3 normal. La prevalencia de déficit de vitamina D (< 30 ng/dL) fue del 74% en cirróticos y del 82,7% en no cirróticos (p 0,046). El déficit grave fue significativamente mayor en cirróticos (19,4% frente al 8,6% en no cirróticos; p 0,04). En el análisis bivariante, los niveles de 25-OH-D3 no se correlacionaron de forma significativa con los parámetros densitométricos, ni en columna lumbar ni en cuello femoral. La concentración media de PTH fue de 47 ± 18 pg/mL. Las concentraciones de PTH se correlacionaron de forma inversa a nivel femoral con el T-score (rho -0,241; p 0,004) y con el Z-score (rho -0,187; p 0,024).
Discusión:El déficit de vitamina D es muy prevalente en pacientes con EHC, tal y como se ha descrito en otras series de la literatura. El déficit global es mayor en no cirróticos, y el grado severo es más frecuente en aquellos con cirrosis. El déficit de vitamina D no se correlacionó con la densidad mineral ósea, lo cual indicaría un origen multifactorial de la denominada osteodistrofia hepática. El origen de la hipovitaminosis D en la EHC se debe a la propia hepatopatía y a otros factores asociados a la misma: déficits nutricionales, baja exposición solar, malabsorción, etc. La deficiencia vitamínica se acentúa en los estadios más avanzados de insuficiencia hepática, tal y como se ha podido observar en nuestra serie y en otras publicadas previamente. Pese a la elevada prevalencia del déficit de 25-OH-D3 en el grupo estudiado, la concentración media de PTH fue normal, lo cual indicaría que no existe un hiperparatiroidismo secundario que favorezca la resorción ósea.
Conclusiones:La prevalencia del déficit de vitamina 25-OH-D3 es muy elevada en pacientes con EHC. El déficit grave de dicha vitamina es significativamente mayor en pacientes con cirrosis hepática. El déficit de vitamina D no mostró ninguna correlación significativa con la densidad mineral ósea lumbar o femoral.