EV-40. - IMPORTANCIA A LARGO PLAZO DEL TRATAMIENTO ANTICOAGULANTE EN EL PRONÓSTICO CARDIOVASCULAR DE PACIENTES CON FIBRILACIÓN AURICULAR SOMETIDOS A IMPLANTE DE STENT CORONARIO PERCUTÁNEO
Servicio de Cardiología. Hospital Costa del Sol. Marbella. Málaga.
Objetivos: Las guías de práctica clínica recomiendan la triple terapia (anticoagulación oral (ACO) y doble antiagregación) durante un periodo de 1 a 6 meses para pacientes con fibrilación auricular (FA) y elevado riesgo tromboembólico que son sometidos a intervencionismo coronario percutáneo con implante de stents (ICP). El empleo de ACO reduce el riesgo de ictus a expensas de aumentar el riesgo hemorrágico. Los episodios de sangrado se asocian a su vez a un peor pronóstico cardiovascular (riesgo de muerte, IAM no mortal, trombosis de stent).
Métodos: Se incluyen los pacientes sometidos a ICP con antecedente o diagnóstico de FA desde enero 2011 a diciembre 2012. Analizamos las características clínicas, tipo de stents coronarios empleados, el tratamiento prescrito al alta hospitalaria, y su relación con los eventos cardiovasculares (ECV) a largo plazo (muerte de origen cardiovascular, IAM no mortal, trombosis tardías de stent, ictus o AIT y sangrados moderados o mayores).
Resultados: Se incluyen 64 pacientes (76,6% hombres) con edad media de 70,7 ± 9,8 años. El 71,9% son hipertensos, 34,4% diabéticos, 10,9% tenía antecedentes de ictus o AIT, 85,9% cardiopatía estructural y 12,5% valvulopatía significativa. La FEVI media era de 52,2 ± 12,4%. El valor medio de la escala CHA2DS2VASc fue 3,7 ± 1,7 y HASBLED 2 ± 0,6. El 45,3% tenía FA paroxística, el 28,1% FA persistente y el 26,6% FA permanente. Los motivos para el ICP fueron SCASEST (45,3%), SCACEST (32,8%), angina estable (6,3%) e insuficiencia cardiaca (15,6%). El 50% de los pacientes recibieron exclusivamente stents convencionales. El 62,5% recibió triple terapia; el resto sólo doble antiagregación. En el 10,9% de los casos se prescribieron nuevos anticoagulantes orales directos. Los factores asociados a la prescripción de ACO fueron la presencia de FA al alta (88,9% frente al 39,1% en ritmo sinusal; p < 0,001) y el tipo de FA clínica (38,1% con FA paroxística, 78,6% con FA persistente y 93,3% con FA permanente; p = 0,001). Tras un seguimiento medio de 18 meses (pérdida de seguimiento de 8 pacientes) 9 pacientes (16,07%) presentaron ECV: 4 sangrados, 1 ACV hemorrágico, 4 Ictus/AIT/embolismo periférico, 2 IAM no mortal, 2 trombosis del stent y 4 muertes de causa cardiovascular. Los pacientes que presentaron ECV tenían mayor edad (75,6 ± 7,6 años vs 70,1 ± 10,1 años) y mayor puntuación CHA2DS2VASc (4,7 ± 2,2 vs 3,5 ± 1,6), sin alcanzar la significación estadística. Los factores que se relacionaron con una mayor incidencia de ECV fueron el antecedente de ictus/AIT (42,9% vs 12,5%, p = 0,043), antecedente de sangrado o predisposición (66,7% vs 13,5%, p = 0,066) y la prescripción al alta de anticoagulantes (8,8% vs 28,6%, p = 0,054) y ARA-II (4,3% vs 25%, p = 0,041). Los predictores independientes de la aparición de ECV fueron la historia previa de ictus o AIT (HR 65,6; IC95%: 2,97-1.450,43, p = 0,008), la historia previa de sangrado o predisposición (HR 24,14; IC95%: 2,12-274,88, p = 0,01) y, como factor de protección, la prescripción de anticoagulantes orales al alta (HR 0,31; IC95%: 0,02-0,48, p = 0,013). La supervivencia libre de eventos en pacientes anticoagulados fue del 91,2% frente al 70% en pacientes no anticoagulados (p = 0,045).
Conclusiones: La mayoría de nuestros pacientes reciben triple terapia frente a doble antiagregación aislada, siendo más frecuente la prescripción de ACO en pacientes con FA al alta y menos en aquéllos con FA paroxística. La incidencia a largo plazo de ECV en pacientes con FA sometidos a ICP es elevada (16,07%). Los pacientes con más riesgo fueron los que tenían antecedentes de AIT/Ictus y antecedentes de sangrados o predisposición. La prescripción de anticoagulación oral al alta (asociados a doble antiagregación) se comportó como un factor de protección frente al desarrollo de ECV.