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Vol. 222. Núm. 2.
Páginas 91-92 (Febrero 2022)
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EDITORIAL
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Posible efecto del «pecado antigénico original» en la vacunación frente a las nuevas variantes del SARS-CoV-2
Possible effect of the “original antigenic sin” in vaccination against new variants of SARS-CoV-2
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J. Reina
Unidad de Virología, Servicio de Microbiología, Hospital Universitario Son Espases, Facultad de Medicina (UIB), Palma de Mallorca, España
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En 1960, Francis1, estudiando la respuesta a la revacunación frente a la gripe y observando que los revacunados presentaban una menor respuesta inmune que los que no se habían vacunado previamente, propuso el nombre de «pecado antigénico original» (PAO) (en inglés, original antigenic sin) al fenómeno que determinaba que, tras una segunda exposición a una variedad antigénica distinta del mismo virus, el sistema inmune respondía con anticuerpos de una menor intensidad y especificidad.

Este fenómeno, también denominado «paradoja de Hoskins o interferencia negativa», determina que en una nueva vacunación con cepas antigénicamente distintas del mismo virus, el sistema inmune responde básicamente con los anticuerpos ya presentes (pereza inmunológica) y, en menor medida, con los nuevos inducidos por la nueva vacuna, disminuyendo la eficacia protectora frente a esta segunda2,3. De este modo la huella inmunológica dejada por el primer contacto con el virus determinará la futura respuesta frente al mismo ya que quedaría atrapado por la primera respuesta inmune1.

El PAO se incrementa mediante la vacunación con dosis bajas de un antígeno debido a que las células B de memoria secuestran los inmunógenos que activan a las nuevas células B, a pesar de que estas últimas posean una elevada afinidad y capacidad de producción de anticuerpos frente al nuevo antígeno3. Así el PAO podría determinar la evasión inmunológica de las nuevas variantes antigénicas en aquellas personas que hayan padecido la infección o les hayan vacunado previamente con otra variante. Este efecto negativo ya se había observado con anterioridad en otras infecciones virales, a parte de la gripe, como el dengue y el papiloma2–4.

Debemos estudiar en profundidad el posible efecto del PAO en el proceso de revacunación con las nuevas variantes frente al SARS-CoV-25. Se ha postulado que la distancia antigénica explicaría de qué modo la eficacia de las vacunas pueden estar relacionadas con la vacunación previa. Así, las vacunas con variantes antigénicas alejadas no podrían ser controladas por la respuesta inmune previa que habría creado una «impronta» (imprinting) que determinaría la formación inicial de anticuerpos frente a la primera variante reconocida6.

En la revacunación, el sistema inmune utiliza la impronta inicial modificando tan solo los clonotipos de las células B, adaptándolos al nuevo antígeno; este fenómeno dejaría a los individuos con una respuesta inmune limitada y preestablecida, de modo que la revacunación obtendría una respuesta inmune siempre inferior a la inducida por el primer contacto con ese virus7. Este fenómeno no sería un problema si la memoria inmunológica produjera anticuerpos neutralizantes frente a los nuevos antígenos vacunales; sin embargo sí lo sería si los anticuerpos no fueran neutralizantes como los inducidos por coronavirus humanos distintos del SARS-CoV-25.

Lessler et al.8 han propuesto una hipótesis alternativa al PAO que denominan «antigüedad antigénica» (antigenic seniority) para explicar la menor respuesta inmune tras una revacunación. Esta hipótesis establece la existencia de una respuesta dominante de anticuerpos como consecuencia de las exposiciones repetidas a los mismos antígenos más que la existencia de una impronta inmune frente al primer antígeno viral. Sin embargo, no parece que en el caso de los coronavirus humanos su exposición repetida determine este tipo de respuesta5,9.

Debido a la constante evolución genética del SARS-CoV-2, tanto natural como por la presión inmune humana, es posible que en un futuro cercano debamos revacunar a la población con las variantes que se hagan predominantes9. En este contexto es esperable que el PAO dificulte la obtención de una protección adecuada, favoreciendo su diseminación a pesar de las vacunaciones masivas. De este modo la selección de una variante antigénica similar, ya reconocida por gran parte de la población, para una nueva vacuna podría determinar las siguientes consecuencias:

  • a)

    La inducción del refuerzo anterior (back-boosting), es decir, la obtención de una inmunidad protectora aumentada en respuesta a una segunda estimulación de las células B de memoria como consecuencia de la presencia de antígenos comunes o compartidos entre ellas.

  • b)

    La obtención de una respuesta inmune no protectora debido a la inducción de anticuerpos no neutralizantes frente a la nueva variante antigénica.

  • c)

    La utilización de una vacuna multiantigénica podría enmascarar (antigen masking) la respuesta inmune protectora frente algunos componentes virales, si alguno de ellos ya lo había detectado previamente el sistema inmune6.

Para evaluar la eficacia de la revacunación y el posible impacto del PAO en el SARS-CoV-2, se ha iniciado un ensayo clínico en personas vacunadas con la vacuna ARNm-1273. Se van a estudiar dos posibilidades: en una de ellas las personas solo recibirán una dosis de la nueva vacuna adaptada a la variante sudafricana (ARNm-1273.351) y, en el otro, una dosis de la combinación ARN-1273+ARNm-1273.35110. Los resultados darán información sobre el papel de la impronta antigénica previa en la cantidad y calidad de la respuesta inmune frente a la nueva variante genética del SARS-CoV-2.

En estos momentos es muy difícil adelantar el posible impacto del PAO en las futuras revacunaciones frente al SARS-CoV-2, pero debemos empezar a analizarlo y encontrar la forma de mejorar la presentación antigénica de las nuevas variantes de este virus.

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No se ha recibido ningún tipo de financiación para la realización de este artículo.

Conflictos de intereses

El autor no presenta ningún conflicto de intereses.

Bibliografía
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